Nevada en Riverside Park

20 de diciembre de 2008:

Y que ya hacía tiempo que no actualizaba el blog...Entre viajes a España y semanas insulsas no, pero algo anodinas, ayer cayó una buena nevada, la primera del año, que ha dejado estampas de lo más bellas. Estas fotos son de esta mañana, en el Parque de Riverside, junto al Hudson River, al ladito de casa.







Es un comienzo

23 de noviembre de 2008:

Un sacerdote, de Tejas, aconsejando a sus feligreses que follen más para salvar su matrimonio, en concreto, les aconseja 7 días de sexo nonstop. Aquí la noticia. No se que me llama más la atención, si el hecho de que este consejo lo da un miembro (nunca mejor dicho) de la iglesia evangélica (se supone que derivada del catolicismo), o que dicho consejo lo de en una iglesia en el estado de Texas, lugar en el que el señor G.W.Bush es hijo predilecto, y uno de los lugares más conservadores del mundo. Entre tanto petróleo, parece que ahora se promueve el uso de lubricante...De lo mejor es su frase "como pasar de quejarse por la crisis a whoopeee". Un showman. Una de dos, o al cura este le sale una legión de seguidores, o le sale otra legión, esta vez literal, dispuesta a ponerle un bombazo bajo el púlpito.

Como ganó Obama las elecciones

20 de noviembre de 2008

Pues muy fácil, sólo tuvo que poner a Internet a trabajar, mándando miles de mensajes personalizados pidiendo donaciones de dinero para poder seguir invirtiéndolos en anuncios en prensa y llegando a más gente. Aunque hubieses donado 20 dólares, como fue nuestro caso, nos fueron llegando, cada dos días, mails informándonos de como iba la campaña, con comentarios hechos en los distintos mítines, tanto de Obama, como de su mujer, como del Vice, y en bastantes ocasiones con discursos de McCain o de Palin, para confrontar sus ideas con las de los demócratas. Le salió bien la idea, ya que es el candidato que más dinero ha conseguido recaudar en la historia de unas elecciones, y todo gracias al poder de internet y de las donaciones de menos de 25 dólares por persona. Nada más proclamarse presidente, nos llegó este mensaje al buzón:

How this happened
Barack Obama

Para Jose Barnuevo

Jose --

I'm about to head to Grant Park to talk to everyone gathered there, but I wanted to write to you first.
We just made history.
And I don't want you to forget how we did it.
You made history every single day during this campaign -- every day you knocked on doors, made a donation, or talked to your family, friends, and neighbors about why you believe it's time for change.
I want to thank all of you who gave your time, talent, and passion to this campaign.
We have a lot of work to do to get our country back on track, and I'll be in touch soon about what comes next.
But I want to be very clear about one thing...
All of this happened because of you.
Thank you,
Barack"
Es una chorrada, ya se que es un correo tipo spam, pero mola que el nuevo presidente de los Estados Unidos primero te llame por tu nombre, y que al final te de las gracias y te diga que esto pasó gracias a ti. Se que no es cierto, que no hice absolutamente nada, a parte de darle 20 dólares, para que ganase, pero me imagino a la gente que sí que se lo ha currado, trabajando gratis y echando horas de su tiempo libre, hablando con gente, vendiendo camisetas, chapitas o gorras, llamando por teléfono, etc. y a los que habrá hecho una ilusión brutal. Y más después de ver que absolutamente todo el mundo ha proclamado esta elección como histórica.

Sinterklaas

16 de noviembre de 2008:

Lo bueno de salir fuera es que conoces gente. Y esta gente es de otros países, por lo que te cuenta cosas nuevas. Y de lo mejor que tiene NY es la variedad de gente que por aquí se encuentra. Hace poco conocimos a unos chicos holandeses de lo más majetes. Ella trabaja en el hospital con Marga, y él es periodista freelance, haciendo reportajes de investigación. A lo que iba. Este año volvimos a recibir la invitación para Thanksgiving por parte de Hillary y John, y con gran pesar nos dimos cuenta de que íbamos a estar en España. En el mail estaban incluidos los holandeses Ninka y Dimitri (sí, son holandeses), y les recomendé vivamente que asistiesen al día del pavo y de la gula. Recogieron el guante y a su vez nos invitaron a una fiesta que se celebra en Holanda, y a la que lamentablemente tampoco podremos asistir por no estar en la ciudad. Se llama Sinterklaas, y al parecer se trata de una celebración que nos compete. Tal y como nos lo han contado, se trata de una antigua tradición en la que los niños (y también los mayores) reciben regalos, comen un montón de caramelos y juegan a juegos. Algo parecido a Halloween, pero en versión holandesa (no se si los coffe shops de Amsterdam harán una fiesta especial). Y digo que se parece a Halloween por que también tiene un componente tétrico y misterioso. Cuenta la leyenda que Sinterklaas lleva consigo un libro en el que va apuntando las buenas y malas acciones de todos los niños. Si se ha portado mal en el pasado, Sinterklaas te coge y te mete en un saco (a alguien le suena) y te lleva a... ¡¡¡¡¡MADRID!!!!!!Sí, sí, a Madrid!!!!!!! Es buenísimo!!!!!!! El hombre del saco de los niños holandeses es, no sólo español, sino madrileño. Y seguro que del atleti...Supongo que todo esto viene de cuando los Alatristes de rigor fueron liándola parda por Europa, allá por el siglo XVII. Y hasta hoy, que nos han invitado a celebrar esta fiesta medio española, en NY...Por cierto, investigando un poco en google, he visto que es una especie de Santa Klaus. Sigue viniendo a Holanda desde Madrid, en barco (supongo que por el manzanares...), pero Santa Klaus, al fin y al cabo. Me gusta más la versión gore.

NBA 2009

7 de noviembre de 2008:

Este va con un poco de retraso, pero bueno, no era tan urgente y la fiesta de Halloween del viernes nos dejó un pelin tocados. Para superar la resaca de la fiesta, Phil nos regaló un par de entradas para ir a ver a los Golden State, de San Francisco, jugar ante los Nets de New Jersey. Como además las entradas incluían 30 dólares en comida, pues allá que nos fuimos. El viaje fue toda una tortura. El año pasado un autobús te llevaba desde Port Authority hasta la puerta del pabellón en menos de 15 minutos, con buses cada 10. Y no eran de los chinos. Pero este año han decidido que lo mejor es dar por culo a los aficionados. Así que quien quiera ir al campo, que sufra. Para empezar, hay que coger un tren en Penn Station, de cercanías, pero que no para en todas las estaciones. Al haber partido yo supuse que ese día pararían todos los trenes. No supuse que los de transporte odiasen a los Nets. El partido era a las 7:30. Llegamos a la estación de tren a las 6:15. El siguiente tren que podíamos coger salía a las 7:10. Además lo hacían a mala leche, ya que entre esas horas, circulaban 3 trenes que pasaban por la estación que nos correspondía, pero que no paraban. Pero es que además una vez te bajabas en la estación (Secaucus jonction se llamaba), había que esperar a que un autobús te acercase al pabellón. Otros 10 minutos de viaje. Ni al atleti le tratan tan mal en el ayuntamiento...Al final llegamos tarde, como la mayoría de la gente, y pillamos el partido empezado. Las gradas estaban medio vacías (cosa que no me extraña en absoluto), por que entre el equipo y lo "fácil" que es llegar, la gente pasa.
Y es que las entradas hasta las regalan. El año pasado ya me regalaron 3 tickets, que aprovecharon Ness y Loles, pero es que esta semana me han vuelto a regalar entradas para 2 partidos!!!! Y de fin de semana. Estos me los salto. El partido estuvo bien, entretenido, como todos los de la NBA. A Marga no le gustaron las Cheerleaders de los Nets. A decir verdad no parecían animadoras, sino que más bien parecían mujeres de esas de Dove. Normales, algunas tirando a gorditas, y con trajes que cubrían casi todo el cuerpo. Eran mucho mejores los niños bailarines, y más animados. Había una negrita que no tendría más de 5 años, que era una barbaridad como bailaba y seguía el ritmo de sus compañeros, sin desentonar lo más mínimo. Y los de los saltos acrobáticos, muy espectaculares.

Luego estuvo la anécdota del beso en la pantalla. Si te enfocan con la cámara y sales por los videos marcadores, tienes que besar a quien tengas al lado. Las parejas jóvenes estaban como locas por salir, y se reían cuando se besaban. Pero lo mejor fueron dos viejitos, que se vieron en el marcador, se miraron, y pusieron cara de "anda y que te bese tu padre". Como no pasaban por el aro, el de la cámara insistía, la gente les jaleaba, y ellos que no se besaban. Al final el hombre no pudo soportar la presión e intentó dar un beso en la mejilla a la mujer, pero esta le dio de lado más con vergüenza que con desprecio. Los dos muertos de la risa, al igual que el resto de la gente. Así pasamos el partido, de risas y comiendo (cayeron 4 perritos y varias cervezas).

Aquí, una de tres.
Lo que más nos gustó fue la animación. Utilizaban mucha música cañera, mención especial para el Welcome to the jungle, y un medidor de ruido (o sonómetro) para enloquecer a las masas. A veces eran los propios jugadores quienes animaban a gritar a los hinchas, pero en otras ocasiones utilizaban escenas míticas de películas o de series. Desde una escena de Cheers (que grande Woody) a una de desmadre a la americana. A ver cual os gusta más...


Como locos, se volvieron como locos...Por cierto, al final perdieron los Nets, sin dar mucha guerra. Lo bueno de verdad va a ser cuando vayamos a ver a los Lakers de Pau en el Madison, allá por el mes de febrero...Eso si que va a ser un fiestón!!!

Noche de elecciones

6 de noviembre de 2008:

Pues nada, ya pasaron las elecciones. Se acabaron los debates, las polémicas, los discursos de la Palin...Y aquí en Nueva York, la gente rebosa felicidad, al menos, de la manera en la que los americanos rebosan cualquier sentimiento. Con normalidad y alegría contenida. El martes pasado fuimos a casa de John y de Hillary a ver el desenlace de las elecciones. Habían invitado a un montón de amigos, cocinado especialidades de 10 estados diferentes, y hasta se habían currado un panel con luces de colores para ir viendo de que lado caían los diferentes estados, si blue-democrata o red-republicano.

Para empezar, llegamos un poco tarde, ya que en la tienda de licores a la que fuimos para comprar un vinito, había una cola de tres pares. Al parecer la gente había decidido emborracharse si o si esa noche. Bien celebrando la victoria de Obama, bien llorando el hecho de tener que soportar a otro como Bush durante 4 años más. En la calle se podía apreciar a un montón de gente con bolsas dirigiéndose a casas ajenas para vivir el momento histórico en compañía. No había tensión, ya que todo el mundo vio clara la victoria demócrata. Desde el principio se vio claro que Obama lo tenía hecho. Los medios insistieron en decir los días anteriores que la cosa no estaba tan clara como señalaban las encuestas, pero creo que era más por una cuestión de mantener las audiencias en el día D. Y es que en muchos de los estados no esperaron más de 5 minutos a que se cerrasen las urnas para decir que Obama había vencido, sólo teniendo en cuenta las encuestas a pie de urna. En cuanto empezaron a caer los estados del lado demócrata, se vió claro que menos reñida, la elección podía ser cualquier cosa. Histórica, nostálgica, reivindicativa, rompedora, de todo, menos emocionante. Así que nos dedicamos a comer, beber, y a ver la tele. Las personas que allí se juntaron eran todas pro-Obama, y cada vez que se le daba ganador en un estado, aplaudía y gritaba, pero poco. La noche fue un poco fría, ya que al no haber emoción, la gente asumió con naturalidad la elección de Obama. Y eso que Marga intentó caldear el ambiente a base de gritos y aplausos entusiastas (el alcohol, es lo que tiene), pero la gente no estaba por la labor (o directamente no se creía lo que estaba viendo). Lo mejor era ver las imágenes de la gente en Chicago, en la fiesta de celebración, esperando con ansiedad los resultados definitivos, y las lágrimas de aquellos activistas por los derechos de los negros, como Jesse Jackson, la hija y la hermana de Martin Luther King Jr. e incluso Oprah. Una vez se cerraron los colegios de la costa Oeste, no pasaron ni 10 segundos antes de que las cadenas de televisión dieran como vencedor definitivo al candidato demócrata. Luego llegaron los discursos de los candidatos, el de McCain aceptando la derrota (para mi, de lo mejor de la noche) y dando completamente de lado a la Palin. La mujer de McCain parecía que se la iba a comer. Subieron juntas al escenario, y en ningún momento llegaron a mirarse o saludarse. Yo creo que si la dejan, le mete dos bofetadas...Dicen que gran parte de culpa de la derrota la tiene Palin, y desde el principio chocó con las ideas de los McCain, pero bueno, él fue quien la eligió como compañera de viaje, así que parte de culpa también es suya. Me llamó la atención que cuando felicitó a Obama la gente comenzó a abuchearle. No se que esperaban...Luego vino el de Obama, proclamando su victoria. A mi no me gustó mucho el discurso, no tenía tanta fuerza como los anteriores que daba en campaña. De todos modos apeló a sus raíces, a su familia, y a los valores que le han llevado hasta la presidencia. La gente lloró, emocionada, y alguno no dejaba de repetir "historic", cual mantra. Así que se descorcharon un par de botellas de champán, se brindó, John dio un pequeño discurso, y al cabo de una hora la gente fue desfilando hacia sus casas, que estábamos en Queens, donde cristo perdió el gorro, y había que currar al día siguiente. Así que nada, al final la noche resultó un poco sosa, aunque acabase bien. De todos modos nosotros nos alegramos mucho del resultado, y sobre todo por nuestra amiga Margareth, quien emocionada en Harlem, vivió una gran noche junto a su familia.

Pre elecciones

3 de noviembre de 2008:

Dicen que es la democracia más grande del mundo. La más importante y la mejor. Pues bien, esto me lo he encontrado por ahí. Es una noticia que describe los trucos que se emplean para evitar que la gente vaya a votar. Tal cual. Algunas historias son surrealistas, otras no tanto, pero viendo las artimañas que usan, me da que son para evitar el voto de las minorías, que ya sabemos todos a quien suelen votar...Estas 5 aparecen en el libro "How to rig an election", escrito por un asesor republicano que dio con sus huesos en la cárcel.
- Una nota avisa de que los partidarios de un partido político votan el martes, día de las elecciones, y los del otro partido votan el miércoles. Al parecer ya ha habido quejas de que esto se está produciendo en el voto anticipado de Virginia, así que para no tomárselo en serio. Y es que el flyer indicaba una situación de emergencia que decía que los simpatizantes demócratas debían de votar el miércoles. Sin comentarios...
- Otra nota avisa a los votantes de que si llueve, las elecciones se posponen hasta la semana siguiente. Quién va a querer estar esperando en la calle para votar, si se está mojando???
- Un tipo que parece de algún organismo oficial te espera a la salida del coche diciéndote que si quieres votar, tienes que pagar una cantidad. Como los yonkies de la cuesta del palacio real...
- Según cuentan algunos oficiales, los estudiantes universitarios no pueden votar al no estar en su lugar de nacimiento. Falso, obviamente, si el estudiante ha cambiado su lugar de residencia, como en todos lados.
- Un rumor dice que si has tenido que vender tu casa por motivos judiciales, tipo no has podido pagar la hipoteca, no puedes votar.
Hay que ser un poco tonto (o muy ignorante) para creerse estas cosas, pero parece ser que siempre se intenta...

Halloween 2008 con Ircio

1 de noviembre de 2008:

Para empezar el mes, nada mejor que vivir una de las tradiciones más curiosas y divertidas de los Estados Unidos. Se trata de la festividad de Halloween, que en España se llama día de todos los santos, y en Méjico día de los muertos. Si bien los mejicanos aprovechan para ponerse hasta arriba de tequila en las tumbas de sus seres queridos, creo que la versión americana es la más divertida. Como todos sabéis, es un día en el que la gente se disfraza, principalmente con motivos siniestros, para asistir a fiestas en las que desmadrarse un poco. Como encima el día cayó en viernes, pues fiestón total. La fiesta para nosotros empezó la noche anterior, cuando fuimos a una tienda de disfraces a comprar unas cosillas, maquillajes, colmillos y demás parafernalia vampírica, al lado de la universidad de Columbia. Para empezar, la tienda era una megastore en toda regla, con sus tres pisos llenos de todo tipo de disfraces (los mejores, los de la marca Playboy...) y de complementos, y para la ocasión cerraba más allá de la medianoche. Para entrar había tal cola que en la puerta habían puesto a un segurata poniendo orden y dejando entrar como si se tratase de una discoteca, cada 5 minutos. Y luego para pagar nos tuvimos que comer otra cola de más de 20 minutos. Es lo que tiene comprar las cosas en el último minuto.
Al día siguiente, día de Halloween, pude apreciar la importancia de la fiesta. Durante el día la gente currando como si nada, pero por la tarde, todo cambió. Las calles se llenaron de grupos de niños pequeños, de entre 1 y 10 años, más o menos, todos disfrazados, acompañados de padres igualmente disfrazados, y entrando en todas las tiendas para pedir caramelos al grito de "trick or treat". Y los tenderos, encantados, ofreciendo caramelos a mansalva a los niños ilusionados. Luego paseaban por la calle, de la mano de sus padres, sujetando firmemente la calabaza en la que guardaban el botín. Si ya hace gracia ver a los enanos disfrazados (mención especial para un bebe, en su carrito, de unos 6-7 meses, disfrazado de Winny the Pooh), más te hace ver a los padres al lado con sus gorros de bruja o sus antenas de abeja. Y ellos se lo pasan genial, por que al sonreírles (yo no podía evitar reírme al ver tal percal) te devuelven la sonrisa, como diciendo, "sí, es un día de fiesta". Eso por la tarde, por que por la noche llega el momento de los adultos.
Y digo adultos, por que no sólo se veían estudiantes disfrazados por la calle, sino también padres y hasta abuelos, con sus 50-60 años, y disfrazados de cowboys o enfermeras. Pero los mejores, los estudiantes universitarios. Nosotros fuimos, como no, a casa de Phil y Becky, donde se juntaron unos cuantos colegas disfrazados para tomar unas copas. Y el viaje en metro fue todo un show. Un vagón de metro lleno de caballeros medievales, magos con chistera, wonderwomans varias, caretas aterradoras, brujas minifalderas, personajes de películas, etc. Un espectáculo que creció al salir por Penn Station, y ver la calle llena de gente disfrazada, encaminándose a sus respectivas fiestas. Mención espacial para el paciente de hospital, con bata marcando gayumbos y gotero, o el que iba de buzo, con bombona y todo. A mi recordó un poco el ambiente de los carnavales de Tenerife, aunque sólo en el ir y venir de la gente. Nunca he visto más gente disfrazada junta como cuando estuve en Tenerife. Pero el rollo era el mismo.
Antes de llegar a casa de P&B nos encontramos con mr. Ircio, don Javier, que había venido a NY a pasar el fin de semana. Con gorro de jazzman, y acompañado por sus dos compañeras de master, ambas con la misma camiseta a rayas marineras, y pertrechados con dos botellas de whisky y 12 cervezas, tiramos para la casa donde nos encontramos al entrar con vampiresas sexys, camareras del oktoberfest, piratas, luchadores mejicanos con máscara y todo, policías con pantalones muy cortos, y hasta un Curro Jiménez, con patillas, pelambrera pectoral, cadenaza de oro y puro de a dólar (decía el crack que iba de nicaragüense). Nicole, una de las góticas se dedicaba a echar las cartas del tarot a quien se le presentase delante (cayeron Jimena y María, las colegas de Javi, yo me escapé por los pelos) previa donación de unos dólares, que fueron al final destinados a una fundación de reparto de comidas caritativa. Marga iba de vampira escotada, con capa y todo (los colmillos no hubo manera de colocarlos bien y se le caían cada dos por tres) y yo de gótico con sombrero de copa (que me duró dos minutos antes de que todo el mundo me lo quitase de la cabeza) y maquillaje blanco por toda la cara (detalle de un par de lágrimas negras pintadas a uno de los lados).
Nada más llegar Javi la lió al abrir la botella de coca cola y desparramar casi la mitad por el salón (that´s how we say hello in Spain), pero no pasó nada pues enseguida se tiró a recogerla a lametones... Y luego estaba lo del baño. Compraron hielo seco, de ese que hace como un efecto bruma, y con la iluminación de unas velas quedaba genial y súper tétrico. Muy currado, como siempre que organizan una fiesta. Enfin, que entre cambios de disfraces por parte de los anfitriones, salchichitas alemanas con salsas (que estaban de coña, por cierto), y muchas, muchas cervezas (y alguna que otra copa) y conversaciones amenas con los presentes, nos pasamos la noche de buen rollo. Desde el tipo que era artista (tengo su tarjeta y mola un montón), con su mujer que vivió un par de años en España, y que me estuvo contando lo loca que estaba su compañera de piso, a las típicas de por qué Raúl no debe volver nunca a la selección (con Criss, el nicaragüense Jiménez) o de la que vamos a liar cuando vayan al Calderón.
A eso de las 4 de la mañana (que duro es salir a las 9 de la noche) nos piramos a casita en metro. La imagen que mostraba la estación de Penn Station era dantesca. Supermanes, princesas, enfermeras escotadas y descocadas, ositos de peluche gigantescos, brujas y magos, animadoras y futbolistas, asesinos en serie y asesinadas, todos ellos desparramados por el suelo, esperando la llegada de los trenes que les devolviesen a la realidad después de una noche de fantasía, con más o menos fortuna. Muchos durmiendo, otros apoyados con los ojos perdidos de quien ha bebido más de la cuenta y pidiendo morir en paz en aquella estación, otros, a los que la noche les devuelve tranquilos a casa (como a nosotros) aprovechando los últimos momentos de ilusión y disfrutando del espectáculo dantesco. Y en el vagón, más de lo mismo. Y en la calle al salir del metro, igual. No se como se habrá levantado hoy la ciudad, pero seguro que muchos aún siguen, a estas horas, con el disfraz puesto (algunos seguro que no se lo quisieran quitar nunca).

I couldn´t agree more...

30 de octubre de 2008:

Esto es lo que pasa cuando uno da tantos mítines en tantos sitios distintos, y sin descansar lo debido. Llega un momento en que ya ni sabes lo que dices, ni te importa insultar a tus partidarios. Esto le pasó en Pensilvania.

Traducción:
"Creo que os habéis dado cuenta de que los seguidores del senador Obama han estado diciendo cosas nada agradables acerca de western pensilvania (dijo Obama que como llevan sin trabajo más de 20 años, por temas de reconversión industrial, le dan más importancia a la hora de votar a la religión o a las armas que al sentido común, más o menos). (Abucheos del público, sonrisas del candidato...). Y SABEIS, NO PODRÍA ESTAR MÁS DE ACUERDO CON ÉL (silencio entre el gentío) (Cara de dios, la que acabo de liar). No podría estar en desacuerdo con vosotros, no podría estar más de acuerdo con vosotros en el hecho de que Western Pensivanya es el lugar más patriótico, que más quiere a Dios, el lugar más patriótico de América, es una gran parte del país."
Qué grande!!!!!

Philadelphia

13 de octubre de 2008:

Y después de un viaje de lo más tranquilo, llegué a Philadelphia, a eso de las 12 de la noche. El bus me dejó en Chinatown, y tras un paseo de unos 15 minutos, por calles y avenidas solitarias (que daño hace el vivir en NY), aparecí en el hostel en el que me iba a alojar, con el sandwich de Washington en la mano y más sueño que Morfeo. Iba tan cansado, que ni me importó compartir habitación con otros 15 maromos. Así que después de cenar, me tiré a dormir, teniendo previamente toda la consideración del mundo en no despertar a nadie. No veas lo difícil que es buscar el pijama, el cargador del móvil, un enchufe y montar la cama a oscuras, rodeado de bultos, y sin hacer ruido. A las 7 de la mañana del día siguiente, abrí un ojo, y ya no pude volver a dormirme, por lo que decidí emprender la marcha. Duchita, y palante, tuve que decidir entre desayunar en un puesto callejero con más grasa que una porqueriza, o en un sitio de esos tipo starbucks, con fruta y café. Como tenía poco espíritu aventurero, y me reservaba la carnaza para la comida (lo que más claro tenía del viaje a Philadelphia era la comida), me tiré en plan pijo. El hostel estaba muy bien ubicado, en medio de la zona histórica. Y digo bien zona histórica, por que aquí es donde comenzó realmente la creación de los Estados Unidos, con la declaración de la independencia, y la redacción de la Constitución, aún hoy vigente. Así que todo lo turístico está relacionado con aquél momento de la historia. El centro neurálgico es Independence Hall, donde se ubicó el gobierno inicialmente, y donde se encontraba la Liberty Bell, símbolo de la libertad, y tal.



La campana está destrozada, y expuesta en un pabellón exterior, pero es la gran atracción turística. Todos se quieren hacer fotos con ella, sobre todo los chinos (la cantidad de chinos que había de turismo no era normal). La venden como el mayor símbolo de libertad del mundo, por aquello de ser el emblema del abolicionismo, y en todos los grandes discursos apelan a su sonido cada vez que hay que hacer un discurso del tipo nuestra libertad es la mejor del mundo. Un poco de repelús si que da.
Luego están todas las casas en las que se produjeron reuniones fundamentales para el nacimiento de la nación más grande del mundo (uffffffff), perfectamente restauradas, y con visitas guiadas. Yo llegué en pleno Columbus Day, festivo nacional, y por lo tanto con todo cerrado. Tampoco es que fuese a pagar por entrar, pero bueno, mejor si la posibilidad no existe. Y es que después de pasear por el barrio histórico, acabas un poco cansado de casas del siglo XIX, todas parecidas, y de carteles patrióticos. Entre ellos, la Betsy Ross house, donde vivió la mujer que diseñó la bandera americana de barras y estrellas, el Carpenter´s hall, la Declaration House (donde Jefferson escribió la declaración de Independencia en menos de 3 semanas), el primer banco del país, o el Pennsylvania hospital.





A mi de lo que más me gustó fue Elfreth´s Alley, una callecita con casas pequeñas, bajas, en las que vivían los currelas, y que se conservan de maravilla. De hecho, es la calle que muestra las típicas calles de la época colonial, siendo así en el resto de la ciudad. Las tienen decoradas con flores, la calzada está empedrada, y hay hasta un museo. Por dentro siguen siendo casas habitadas, aunque reformadas por dentro. No se si a mi me gustaría vivir en una calle con tanto turista suelto.
Luego está el personaje más importante, creo yo, de la ciudad. Se trata de Benjamin Franklyn, inventor, diplomático, político, cartero, etc. De lo más curioso es el Ben Franklyn Court, un patio que muestra el espacio donde se encontraba la casa del susodicho, de la que ya sólo quedan los cimientos, y que actualmente alberga un museo y un jardincito con paneles que explican la vida y milagros del personaje, así como reproducciones de las cartas que se enviaba con su mujer mientras él estaba en Londres, y su mujer vigilaba la construcción de la casa. Por cierto que ya por entonces se daba el rollo este albañil de "esto está en dos patadas", y luego se te meten en casa durante un par de años, ya que el propio Franklyn se quejaba de la tardanza de las obras, siendo la mujer la que le tenía que calmar (le gustaría alguno de los paletas).


Más cosas interesantes de la ciudad: me gustó mucho el ayuntamiento, o City Hall. Un edificio impresionante, enorme y con miles florituras, como un castillo con sus torres en las esquinas. Igualmente había visitas guiadas, donde lo único interesante era la subida a la torre más alta, prometiendo unas vistas impresionantes de la ciudad. Como era festivo, me quedé con las ganas. Aún así, gran edificio.
Luego estaba el callejear por las calles algo más modernas, con casas relativamente pequeñas, y pocos edificios altos. Me gustó la South Street, llena de comercios, pero sobre todo con una pinta de animada que tiraba para atrás. Había casas decoradas con cristales, en plan collage, tiendas pequeñas algo hippyes, murales inmensos, etc. Y es que para combatir los graffitis, el ayuntamiento decidió tirar palante y permitió la pintada de murales enormes en casas de hasta 6 pisos de altura. El resultado es chulísimo. Cada uno es de una temática, siendo el dedicado al jazz de los que más me gustaron.



Luego me flipó el vestíbulo del Comcast Center. Es uno de los rascacielos más modernos, sino el más, de la ciudad, y no me hubiera metido dentro si no hubiera visto a la gente agolpada frente a las ventanas mirando embobados a la pared. Y es que lo que había era una proyección o algo sobre la pared con una calidad increíble, con imágenes de paisajes salpicadas con frases míticas, o escenas de gente corriendo, o como se creaba la maquinaria de un reloj para dar la hora. Esto es lo que había que ver. Y de verdad que es tremendo ver la calidad de las imágenes.

Aparte de esto, destacan las placitas como Rittenhouse square, o Washington square. De lo más pequeñas y coquetas.



Y ahora lo más grande. Desde el principio había leído que Philadelphia es la ciudad en la que mejor se come de la costa este. Y donde también se bebe. Y todo ello gracias al famoso Philadelphia Cheesesteak, un bocadillo con pan blandito, relleno por láminas de ternera súper finas con cebolla picada y queso (provolone) fundido. IMPRESIONANTE. Al menos el que yo me comí. Todos los años hacen un concurso en la ciudad para ver quien sirve el mejor bocata, y yo me fui al sitio que estaba enfrente del ganador hace un par de años (con una cola de muerte). Y acompañando al bocadillo, un vaso de patatas fritas con queso fundido por encima, que estaban de coña. Y aparte el litro de cocacola. Todo costó menos de 10 dólares, algo caro, pero es que me sobró casi un cuarto del bocadillo. Comí tanto que ya no necesité más hasta la noche, cuando me metí en un bar cerca del hostel, y a ritmo de cerveza y una ensalada, coreé los home runs de los Philadelphia Philies (que obvio, verdad) jugándose el pase a las world series. Y es que el año pasado me pasó lo mismo, sólo que en estas fechas estaba en Boston. Tendré que mandar m CV a las distintas ciudades que quieran jugar estos partidos, por que siempre ganan cuando voy a verlas por estas fechas. Con que me paguen el viaje, me conformo. A la mañana siguiente, y después de una noche horrorosa debido a nuevos fichajes en el hostel que roncaban a lo Homer, me encaminé hacia el museo de arte, no con la intención de verlo, sino más bien para acabar de dar el paseo antes de volverme a casa. Por la avenida Benjamin Franklyn Parkway, con sus banderas (estaba la española, mal pensados), de lo más agradable, con el museo Rodin y la biblioteca pública a un lado, llegué hasta el museo, famoso por ser el lugar donde Rocky terminaba sus carreras con los brazos en alto. Y hasta una estatua le han hecho.


Después de esto, intenté seguir un poco más, hacia el Fairmount Park, que aparte de ser un parque al estilo Retiro, tiene como atracción principal una serie de casas de estilo colonial de lo más llamativas. Yo llegué a ver sólo una, hasta que las piernas me dijeron que basta, que ya llevaba 15 días de paliza y uno no tiene ya edad para tanto. Así que me volví a Chinatown, después de desayunar, y me pillé un bus que me dejó en casa a eso de las 2 de la tarde, donde me derrumbé medio muerto hasta el día siguiente. Se acabaron las vacaciones.