Imagen de las playas españolas en US

1 de septiembre de 2008:

Este anuncio se emite en las televisiones americanas desde hace unos días. Es de AT&T, compañía de telefonía móvil. Mirad en este enlace como promocionan sus productos... Donde habrán estado estos tíos tomando el sol...



La cara B de las elecciones

30 de agosto de 2008:

Estoy viendo ahora mismo el discurso de la candidata a vicepresidente por el partido republicano. Al parecer es la gobernadora de Alaska, un bello lugar donde vivir y donde al parecer no se pueden hacer grandes cosas, aparte de procrear como una loca. Y es que la angelita tiene 8 hijos!!!!! El último, con 4 meses. El discurso es, lo siento, lamentable. Ha empezado hablando de su familia, de su marido, un tal takaomura, esquimal o algo así, que al parecer es un gran campeón de motos de nieve, y de sus hijos que se alistaron en el ejército después del 11S. Habrán ido a Irak? Supongo que sí, por que sino no lo diría. Me da la sensación que al bueno de McCain se la han colado. Siguiendo mi experiencia como seguidor del ala oeste de la casa blanca (que gran serie y que pesado me pongo, lo se), puedo pensar que han seleccionado a esta mujer no sólo para luchar por el voto femenino (chungo con una mujer abiertamente antiabortista) y recoger los votos de Hillary, sino también para movilizar la base republicana que no veía a McCain con muy buenos ojos. Bueno, los equipos están montados, dentro de unos días será la convención republicana, que contaré con gusto, y que seguro será súper interesante cuando tanto McCain como Bush tengan que dar un discurso que contrarreste los de Clinton o de Obama, muy brillantes y entusiastas. Lo que sí que tengo ganas de ver es los debates previos, tanto el de vices como el de presidentes. Da la impresión de que los demócratas los van a destrozar a los dos... Veremos que pasa.

El show de Obama

29 de agosto de 2008:

Anoche fue un día especial. No sólo era el cumpleaños de uno de nuestros colegas americanos, Phil, sino que se produjo algo que este país, al menos la parte demócrata, llevaba un par de meses esperando. Me refiero al discurso de Obama, aceptando la nominación del partido demócrata a la presidencia del país.
Por partes. Primero diré que Marga se tuvo que quedar en casa, aún convaleciente de su tobillo maltrecho. Tiene mejor pinta que hace unos días, y esta noche lo someteremos a la primera prueba de fuego. Cenita en casa de unos amigos. Iremos y volveremos en taxi, y estará sentada en todo momento, pero a ver como responde. Si lo hace positivamente, el lunes nos iremos con unos amigos de cata de vinos por la región de los Hamptons. Es festivo, no es que nadie se quiera escaquear del curro...El caso es que a la cena de celebración del cumpleaños de Phil fui sólo, en representación del país. Estuvo muy bien, entretenida, con un montón de gente, todos comiendo pasta, pizza y bebiendo vino blanco. No es que se desatara la euforia, pero estuvo bien. Vino la madre de Phil, encantadora, y que hasta nos pagó la cena, y se mostró como una más del grupo. Estuve sentado junto a un chico que es director de cine, y que me contó que estaba montando una recaudación de fondos para su próxima película. En plan sueño americano total. Y por el otro lado, tenía a un diseñador de interiores y a un consultor que trabajaba en grandes compañías, tipo Credit Suisse o Merril Lynch, promoviendo la integración de las minorías en dichas compañías. De lo más divertidos, todos ellos. Después de cenar, nos dirigimos a un bar a regar la comida. Y allí, sucedió lo mejor de la noche.
Desde el lunes, se está desarrollando la convención del partido demócrata en Denver. Esto es como una feria del partido, con muchos gorros y accesorios raros, banderitas, carteles, etc. Los protagonistas, obviamente, son los principales responsables del partido. En este caso, el principal personaje era Barack Obama. Pero el jaleo empezó el lunes. El primer discurso serio fue el de su mujer, Michelle, y le puso tanta pasión y emoción, que al día siguiente en un artículo del NYTimes, se preguntaban si el partido se había equivocado de Obama. El martes, le tocó el turno a la principal rival de Obama estos meses, Hillary Clinton, que dio un discurso también emocionante, apelando a la unidad del partido y a que sus seguidores voten demócrata en noviembre. Lo digo por que al parecer se ha detectado en varias encuestas que los seguidores de Clinton, al menos una buena parte de ellos, estaban decididos a votar a McCain, el republicano, antes que a Obama, por lo que el discurso del martes estuvo dirigido a controlar esos votos. Por lo visto, lo consiguió. Además fue el día en el que los delegados, esos curiosos personajes que deciden el nombre del candidato, votaban. En medio del clamor, y en ocasiones dando speeches más largos de lo normal, decían eso de "El estado de tal otorga tantos delegados al candidato no se qué". Al final, como ya se sabía, Obama salió nominado. El miércoles fue el turno del candidato a vicepresidente, un tal Joe Biden. Es el típico político americano, mayor, pelo blanco, ojos azules, sonrisa profiden, y mirada de "en cuanto pueda, te la clavo por la espalda". Fue presentado por Bill Clinton (la gente le adora ahora, ya nadie se acuerda del escándalo Lewinsky) y por su hijo y dio un discurso muy contundente e interactivo. Como nota curiosa, antes de su discurso salió la portavoz demócrata en la cámara de representantes con un mazo y preguntaba a la audiencia si aceptaban a Biden como vice. "Los que estén a favor que digan AY!" y la gente "AAAAYYYY!!", como cuando todo empezó en los caucuses de Iowa. "Los que estén en contra que digan NO!" y sin tiempo a que nadie respondiese, golpeó la mesa con el mazo y se acabó la historia. Seguro que esto lo llevan haciendo desde el principio de los tiempos... Durante el discurso del vice, Marga decía que era como el programa de los payasos de la tele, preguntando sin cesar y la gente respondiendo al unísono ("Cómo estan ustedeeeeeees?? Bieeeeeeeennn!!!!). Pero consiguió encender a la audiencia, como todos. Al final sorpresa: salió Obama en medio del clamor (parecía que el pabellón se derrumbaba) para compartir un par de chistes, y citar a todo el mundo a su discurso del jueves, fin de fiesta de la convención.
El jueves, volviendo al inicio del post, yo estaba de cena, pero las copas nos las tomamos en un bar lleno de pantallas, y en todas ellas aparecía Obama dando cera. Por cierto, si las sesiones previas de la convención fueron en un pabellón para 50.000 personas, este discurso se hizo en un estadio de fútbol, delante de 75.000. A lo grande, que diría aquél. La primera impresión que tuve al entrar al bar fue de sorpresa, ya que la gente estaba completamente pendiente de las palabras del candidato. No se oía un murmullo, una conversación, nada. Las 50 personas que estarían en el bar en ese momento, pendientes de la televisión. A mi me recordaba un poco a un partido de fútbol, pero sin tantos gritos. Por que algunos hubo. Hasta los bares habían puesto pizarras en la calle anunciando que a tal hora emitirían el discurso de Obama. Cuando decía algo interesante, la gente le aplaudía y le gritaba, le animaba a seguir por ese camino, y cuando comentaba lo que se parecía la política de McCain con la de Bush, la gente abucheaba y gritaba con más pasión. La verdad es que era impresionante. Después de un par de tequilas, me fui a casa, que Marga estaba sola, y uno nunca sabe la que puede liar, y de camino me encontré con la misma estampa en varios bares. Llenos hasta la bandera, en uno la gente estaba hasta en la calle, y aplaudiendo a rabiar. El final del discurso me pilló al pasar por uno de estos bares, y me quedé mirando como la gente aplaudía durante más de un minuto. Sonriendo satisfechos, con brillo en los ojos, tenían candidato a la casa blanca. Es verdad que NY es un estado eminentemente demócrata, y que no se puede extrapolar la reacción del público al resto del país, pero parece que ha gustado a ambos lados del espectro político. A lo mejor gana y todo.
Cada vez me gusta más la serie del Ala Oeste de la Casa Blanca. La penúltima temporada, la sexta, narra esta lucha entre candidatos a la presidencia en el partido demócrata y culmina con dos episodios de infarto con la convención. Ha sido como la vida real. Exactamente igual. Además el desenlace también ha sido el mismo, eligiendo al candidato raro.

Paseos y pequeños descubrimientos

28 de agosto de 2008:


The Pond

Panorámica del puente de Brooklyn (ya lo sabías, verdad??)


Chrysler buiding y bandera, reflejado en el edificio de enfrente.

Parquecito cerca de la UN (en la calle 43...)

Jardincito de la ONU

Reflejo de rascacielos en el Edificio de las Naciones Unidas
Jardín interior en el edificio de la fundación Ford. Espectacular!

En tiempo de elecciones...

Día de euforia

27 de agosto de 2008:

Madre mía, que locura de atleti. Todavía estoy esperando a que alguien de la casa venga y me pregunte por que andaba gritando como un poseído a las 3 de la tarde. Que vengan y les cuento...
A parte, esta semana ha estado por aquí MasterRober, el hermano mayor de Marga. Ha sido una semana intensa, ya que aunque el hombre destila vitalidad, el ritmo de vida que lleva (ha estado en 3 países distintos, sin contar con España en menos de 1 mes), no me ha aguantado bien el paso a la hora de andar por la ciudad. Pero bueno, lo importante es que lo ha pasado bien. Aquí le tenéis en diversos lugares emblemáticos de la ciudad, como Central Park, Naciones Unidas, Brooklyn Bridge, Grand Central Station, la tienda de juguetes Fao-Schwartz, un jardín dentro de un vestíbulo tremendo... Y como no, en el smoke jazz club.













Por cierto, al hilo del club de jazz, he ido ya al menos 3 veces, y he de decir que esta ha sido la mejor de todas. El grupo en cuestión era Peter Bernstein Quartet, formado por un batería, un saxo, un percusionista negro con gorra de unos 200 años que se dormía (era tarde para él), un guitarrista showman (el líder del grupo), y para mi gusto, el mejor de todos, un organista con un Hammond B3 que le daba al grupo un sonido tremendo. Y el guitarra tampoco era manco, la verdad, así que escuchamos un gran set de blues. En plan jazz, claro...

Cape Cod (3)

21 de agosto de 2008:

El día más intenso del viaje. Nos levantamos pronto, demasiado pronto para estar de vacaciones, pero es que los horarios eran los que eran, y en la casa de Andy la gente se levantaba entre las 5 de la mañana (la madre) y las 8 (los hijos), así que nos tocaba madrugar. Nos fuimos a una de las playas que hay en el parque nacional "Seashore". El atasco que nos comimos para llegar mereció la pena. En eso nos parecemos los españoles, que los domingos, si hace bueno, nos vamos todos a la playa. Después de pagar 15$ por coche (es un parque nacional, ya lo hicimos al entrar en Yosemitte), conseguimos llegar a la playita.





Era una playa muy grande, muy ancha y muy bonita. Con dunas a la espalda, y cubiertas de vegetación. Las dunas estaban protegidas con carteles y cuerdas que impedían el paso, ya que, al igual que en medio mundo, estaban amenazadas por la erosión. Así que nada de escalarlas, a pesar de las vistas que se debían de ver desde arriba. Dicen que los americanos son más respetuosos, pero he de decir que durante el paseo que nos dimos vimos a una familia, de unos 20 individuos, con niños y todo, escalar una de estas dunas. Así que como que se lo pasaron por el forro, lo de la prohibición. Y digo bien escalar, ya que la pendiente era considerable. Me llamó mucho la atención la calma del mar. No había ni una ola. Cualquiera diría que era el océano atlántico, aunque claro, un buen día lo tiene cualquiera...Así que allí estábamos nosotros, tomando el sol cual lagartijas, mientras los surfers se desesperaban ante la falta de acción, la gente se agarraba a sus gorras de los red sox, y los socorristas se aburrían como ostras. Por que el agua estaba helada. Y había que tener valor para meterse en ella. Y yo, como buen español, no tuve más remedio que bañarme. Eso sí, fue uno de los baños más cortos de la historia. Lo suficientemente largo para decir que me había bañado (me metí entero, cabeza y todo) y lo suficientemente corto para no sufrir secuelas físicas. Ya os hacéis una idea. Luego a los americanos les sale la vena creativa. En medio de la playa nos encontramos con una "cosa" parecida a una casa, formada por ramas, maderas y restos de basura. Era como una performance en la que cada uno colaboraba como podía, con sus residuos. La gente le hacía fotos, así que no iba yo a ser menos.

Después de varias horas al sol, en las que aparte de ponernos morenos, vimos a los lugareños bañarse y hacer surf, pasear, ver focas nadando y contemplar esculturas reciclables, decidimos cambiar de tercio e irnos en busca de otra de las atracciones de la zona. Se trata de los faros utilizados para avisar a los marinos de la presencia de la costa. Al parecer hay varios faros habilitados como museos y que son visitados masivamente. Intentamos llegar a varios de ellos, pero unas veces por el tráfico, y otras por que se encontraban algo lejos andando, nos quedamos sin verlos. Al menos nos encontramos con otras playas tremendamente bonitas y naturales. Da gusto estar en una playa sin nada alrededor, solo mar y arena, y no edificios, chiringuitos y coches. En esto, la zona era una maravilla. Y algunas casas, estaban en zonas inmejorables.

Marga seguía con su invalidez temporal, cojeando como una pobeshita, y andando lo menos posible. A mi me hacía gracia verla andar con la muleta, del tipo serie americana años 50. Pero no me metía mucho con ella...

La última etapa de la excursión fue un paseo por Provincetown. Este pueblecito fue el primer lugar en el que los peregrinos desembarcaron al llegar a América. Pero no establecieron una colonia. Sólo desembarcaron. Desde los años 70, este pueblo es el lugar de reunión de los gays de Estados Unidos. Es como Sitges, pero a la americana. Las calles están llenas de banderas arcoiris, parejas de gays y lesbianas de paseo, y turistas haciendo fotos. La verdad es que el pueblo es muy bonito. Tiene una calle principal, donde se encuentran la mayoría de comercios y restaurantes, y el resto es para uso residencial. Las casas son todas bajas, antiguas, de madera, y muy bien cuidadas.



Los comercios estaban súper currados, y hasta la pizzería-cafetería más concurrida tenía un patio interior de lo más sorprendente, con plantas por doquier, fuentes, y hasta una zona reservada para jugar a la petanca.

Luego estaban las tiendas más gamberras, como esta llamada "spank the monkey", cuya traducción literal es "azota al mono", y cuyo significado en jerga es "masturbarse". La tienda estaba genial, si lo que te interesan son las baratijas. La verdad es que era curiosa, pues podías comprar desde joyas y ropa tipo hippies, hasta chapas metálicas de coleccionista con pósters de los años 50. Y en la planta de arriba, un sex shop de lo más completo. La tienda llena, como no. Y me gustaron los carteles amenazando a los shoplifters con cortarles la mano si les pillaban...

Aquí también hay playa. En plan urbana, pero bastante chula. Lo único es que estaba al lado del puerto, por lo que no se si será muy limpia... Como ya era muy tarde, no nos dio por bañarnos.

El ambiente que se vivía por la calle era como el de una ciudad turística en verano. Mucha fiesta, mucha gente, y todos muy animados. Nos encontramos con el taxi definitivo para los fiesteros. Se trata del funkytaxi. Decorado con colores psicodélicos, con la música a toda pastilla y una bola de luces de discoteca girando en el techo, daba un toque de humor al mundo del transporte público. Como el pueblo era pequeño, y Marga estaba coja, nos estuvieron persiguiendo toda la noche, pero fuimos fuertes y resistimos la llamada de la bola de luces. A mi me costó un poco...

A la hora de cenar, nos intentamos meter en varios sitios, que Andy conocía, pero ya estaban cerrados. Así que lo más exótico que encontramos fue un restaurante de comida sudafricana, bastante llamativo, al que se accedía siguiendo unas huellas amarillas pintadas en el suelo. Digo llamativo, por que el primer plato del menú era una Boston Clam Chowder, plato que como su nombre bien indica procede de la mismísima Ciudad del Cabo. El caso es que era una mezcla de vegetariano con burguer con platos raros (supongo que serían los sudafricanos de verdad), aunque estos eran los menos. Nos hinchamos a tabulhé y arroz, yo me comí un wrap de pollo con una especia bastante picante y muy rica, y después de echarle unas fotos al salón (hortera como pocos he visto en mi vida), nos fuimos a tomar un heladito de postre. Como es verano, es lo que hay. Eso sí, muy ricos y muy homemade, que es lo que se lleva por aquí.

Como buena ciudad de veraneo la vida nocturna era bastante intensa, y en las calles podías encontrar desde galerías de arte abiertas hasta sexshops (esto ya lo he dicho, creo), y muchos hotelitos de esos de bed and breakfast en casas enormes de madera como las de las películas del oeste, pero adecentadas para la ocasión con banderitas arcoiris y luces tenues en plan romántico. Si no vimos 20 en todo el pueblo, no vimos ninguno. La verdad es que tenían muy buena pinta. Y Marga con su muleta inseparable (lloró al día siguiente cuando se tuvo que despedir de ella) disfrutando del paseo nocturno.

Uno de los monumentos más famosos del pueblo (aparte de los gays musculosos) es el monumento del peregrino, torre altísima que se ve desde casi cualquier punto del pueblo, y que es un museo actualmente. Nosotros llegamos tarde para verlo por dentro, pero nos quedaremos con la vista nocturna de la torre iluminada.

Antes de emprender camino a casa, nos volvimos a ir al parque nacional Seashore, esta vez para ir a otra playa (hay muchas en el parque) con un bar en el que poder tomar una última cerveza antes de dormir. Después de un buen rato de dar vueltas por la zona, a oscuras y a tientas pues no estábamos seguros de como llegar, arribamos a buen puerto. Lo malo es que a las 10 de la noche habían cerrado, así que nos quedamos con las ganas. Al menos presenciamos una de las lunas más increíbles que he visto en mi vida, llena e iluminando el mar. Parecía de postal. Lástima de cámara de fotos y de ignorancia en cuanto a óptica, por que podría haber tomado 50 fotos de la estampa. Y vimos a un montón de gente en la playa con hogueras, en plan barbacoa. Nos dieron bastante envidia, la verdad. Después de que Andy protagonizara un intento de baño nocturno y de que su mujer Inma le amenazase con la mayor de las pulmonías, nos volvimos a casita. A tomar unas birras y a ver como un jamaicano, de nombre Bolt, la liaba gorda en la carrera de 100 metros. ¿Nadie más ve en él al nuevo Ben Johnson?

Cape Cod (2)

20 de agosto de 2008:

Nada más levantarnos, lo primero que vimos al abrir los ojos era esto:

Con el estómago aún lleno por la cantidad de pizza ingerida la noche anterior, nos levantamos dispuestos a desayunar como fieras. Me encanta como se come en este país... Marga se levantó con el pie fastidiado, por lo que apenas podía andar. Andy estuvo revolviendo en el garaje, donde guardaba todos los trastos y recuerdos (como en las películas) y encontró una muleta de madera que desde entonces se convertiría en compañera inseparable de Marga. Al no poder moverse, decidió quedarse en casita todo el día, leyendo a la sombra y en una tumbona, al lado del mar.

Mientras tanto, yo me fui con Inma y Andy a una playa cercana, cuya característica más especial era un puente de madera que se adentraba en una marisma junto al mar, y en donde se refugiaban aves de todo tipo, aparte de insectos más o menos molestos. He de decir que conmigo se cebaron, los muy cabrones... El sitio era espectacular, ya que además enfrente veíamos otras playas, y casas junto al mar. No me bañé, pues el agua estaba helada y no hacía mucho calor. Eso para mañana.



A mi me pareció totalmente increíble la tranquilidad que se respiraba en la zona. Rodeados de naturaleza, con la gente yendo y viniendo en lanchas, los niños pescando cangrejos con muslos de pollo...Pero lo que más me gustaba era esa sensación de lejanía con el mundo urbanizado, pues no se veía ningún edificio, comercio, nada que desentonase con el paisaje. Luego está la relación de los americanos con sus perros, a los que tratan como si fuesen hijos. La verdad es que el chaleco le queda bien...

A las 11:30 nos fuimos a comer, sí, a las 11:30. Ensaladas, restos de pizzas, que algo quedó, claro, y mucha fruta, para después pasar el resto de la tarde tranquilamente en casita jugando a las cartas (un juego llamado manipulation, bastante curioso) junto a la madre de Andy, regado con un buen te con pastas. La vida es muy tranquila en esta parte del país. Y si encima Marga no puede dar un paso, pues más todavía. Al menos estuvimos viendo el partido de los Red Sox en la tele (toda la familia era gran aficionada, al igual que el resto del estado de Massachussets).


Enfin, un día de lo más relajante y tranquilo, a la espera de la gran excursión del día siguiente.
Para acabar, creo que en el anterior post comentaba que esta zona era la cuna de la nación americana. Fue donde los primeros peregrinos desembarcaron y donde se iniciaron los movimientos revolucionarios. Por eso no es de extrañar que sea una zona con una gran cantidad de motivos patrióticos, desde banderas izadas hasta estrellas de tipo militar, pasando por elementos decorativos con los colores de la bandera. Todas o casi todas las casas tenían una bandera, algunas de ellas más de una, y según me contaban después del 11S fue mucho más espectacular. Para que hablar de los comercios. Aquí el que menos tiene una bandera izada en un pendón, cuanto más alto, mejor. Para ver el sentimiento de cuna de la nación que existe en este estado, basta con ver el nombre de alguno de los equipos deportivos: el equipo de futbol americano es "New England Patriots", y el de soccer es "New England Revolution". Muy americano todo.