Fin de ciclo

24 de enero de 2009:
Sin comentarios.

Con Obama en la Universidad

20 de enero de 2009:


Joserra se ha empeñado en que escriba yo esta entrada... Por cierto, soy Marga, la encantadora psiquiatra.

Y digo que se ha empeñado porque debería ser él el que la escribiese. Desde el principio creyó en Obama, desde el principio se maravilló con Obama y desde el principio se indignó cada vez que Hillary encontraba una idea un tanto inspirada en él. Yo, con mi característico ensoñamiento no me enteraba de nada... no en vano mi madre me grita desde pequeña que parezco un sabio despistado... Cosas de la ciencia!! Ni idea de quién era quién, sobre todo en el momento de que los partidos eligieran cabeza de lista... Había 5 por partido... Pufffff!!! Que me avisen cuando se decidan!! Hasta que Joserra empezó a increpar algún discurso, me empezó a gritar que colgase el libro de turno y me dignase a ver la tele. Es cierto, por primera vez en mucho tiempo echaban algo en la tele que merecía la pena.

Y sí the inauguration ha sido genial. Habíamos planeado verla en el Auditorium del edificio donde trabajo para ver como la gente se emocionaba y arengaba, pero Joserra ha tenido una reunión y no ha podido venir. Y ahí me he plantado con una amiga holandesa, Nienke, y un montón de gente conocida.

Ha empezado con las personalidades entrando en orden. Buenísimos los aplausos cada vez que entraba alguien del partido demócrata y los abucheos a los republicanos. Para ser más justa, los abucheos les han caído a Bush agüelo, al vicepresidente y al Bush de ahora. Lo más divertido es que la gente arengaba más cuando veían cómo los millones de asistentes a 10º Farenheit (unos -10ºC) agitaban las banderitas arengando a los demócratas y paraban como por encanto con los Bush... Bueno por encanto no, había un tipo cantando quién era el que entraba con una de esas voces tan profesionales que ponen por aquí.

Por cierto... soy nena, con lo cual, pequeño comentario a lo monísimas que iban la primera dama actual, la que se pira y las niñas... A Aretha, es cierto se le ha ido la pinza con el sombrero, pero qué bien ha cantado. La oración del sacerdote (llamémoslo el sacerdote blanco) que bendice el juramento del vicepresidente y el presidente ha estado bien, con una especial reseña a los esclavos que construyeron el Capitolio. El Vicepresi ha jurado con una sonrisa no de oreja a oreja sino diría de vértebra a vértebra porque le daba la vuelta a la cabeza. La canción de música clásica interpretada por unos genios multirraciales ha sido precioso. Y el Presi... El Presi ha empezado su juramento con un "This is for you" que iba para su familia. Probablemente su mujer que es la que sujetaba la biblia de 12 kilos y mil millones de años que se han sacado para la ocasión. Pero también ha podido ser para las niñas.

Y se nos ha atascado. Se ha liado con el presidente del supremo, lo cual no deja de tener ciertas connotaciones que a Rousseau le encantaría. Pero así es la separación de poderes, cuesta a veces acompasarse. Y chicas, ahí estaba él, humano como siempre, con esa sonrisa galvanizante, que diría la Bruja Avería... que hasta a nuestra Bruja le daría un calambre de mil gigawatios de la emoción!! Aaaaaaaahhhhh!!!!!! Se siente!!!!!!! Ser atractivo tiene sus ventajas!!!!!!!!

Y el tío muy digno ha terminado su juramento y ahí se ha quedado tan fresco. La gente se ha puesto a aplaudir, se han levantado y han hecho tanto jaleo que no me he enterado hasta que no lo he vuelto a ver con Joserra en casa de que han disparado los cañones.

Pero lo mejor estaba por llegar. El discurso inaugural ha tenido el tono que ya se le había visto previamente. Pero más solemne, más triste, teniendo más en cuenta todas las dificultades, no que está afrontando el país sino la gente. Y la verdad es que una se queda pensando... pues tronco, vaya papelón. Pero hay algo en lo que ha basado su estrategia desde el principio... Cuando todos los males de la caja de Pandora asolan el mundo, ahí queda la esperanza. La unión de las personas, distintas razas, distintos credos, incluidos los no-credo (mencionar a estos últimos en este país es una cosa bastante inverosímil a pesar de lo que se pueda imaginar) con el mismo potencial que siempre saldrá adelante. La gente aplaudía y gritaba, sobre todo cuando hablaba de ciencia, de educación y de la universidad. Obviamente, por la parte que nos toca. Y las caras embelesadas y las lágrimas rodaban. Y la cita a los padres de la Patria muy bonita y distinta de como los suelen citar. No como esos héroes iluminados a los que se les ocurrieron tantas genialidades... aquí pequeña justicia a la historia: es verdad que el ingenio se aguza con la necesidad de una revolución, pero se les agudizó a los franceses unos años antes con su propia revolución. Pues en este discurso, los padres de la patria eran unos tipos rodeados de nieve, con los ingleses en los talones y sangre por todas partes (como buena revolución) que se arengaron los unos a los otros diciendo... cuando el frío se te mete y te seca el alma y lo único que te queda es la virtud y la esperanza... lo único que se puede decir es: Neng, tira p´alante... que por el otro lado los british nos van a pinchar el culete con las bayonetas!!!

Y luego, no sé si alguien lo ha visto, ha seguido alguna otra cosilla, y ha llegado un cura (al que llamaremos el cura negro) para seguir rezando y encomendando. Pues los americanos son como son -muuuuuu profesionales- y como tenemos al primer presi afroamericano, se han dicho a sí mismos "Vamos a rescatar a uno de aquellos grandes hombres que se levantaron contra la esclavitud que sufrieron." Se han traído a un cura afroamericano que debió ver nacer a Lincoln o algo así. El pobre, entre los años y el frío le costaba hablar... pero claro, con lo que les mola lo de hablar en público, ha ido calentando motores y se ha terminado marcando un rap con las cualidades, y cito textualmente, de los amarillos, los negros, los blancos y los morenos buenísima!!!! Justicia a la verdad: Llevan el ritmo en la sangre!!!

Y levantando campamento que hace un frío de la leche!!! Se han recogido todos y el nuevo presi ha acompañado al antiguo presi a un helicóptero presidencial que lo llevaría al Air Force 1 para que lo despachase a Texas... de donde parece que nunca debió salir. Por cierto que sepáis que aunque iba en el helicóptero presidencial y el Air Force 1, no se les llama ni helicóptero presidencial ni Air Force 1 porque ya no es presidente... tres veces lo ha repetido el tipo de la CNN.

Y bueno... yo me he pirado a currar, que un poquito no viene mal y les he dejado paseando por la Avenida Pensylvania a tomar un poco más el fresco.

Y colorín, colorado.

Besitos a ellas, otros besitos a ellos y citando a aquél gran sabio "Esto es to... esto es to-toooo... esto es tooodo Amigos" [Porki]

Marga

PD (de Joserra): Ya me hubiese gustado a mi cogerme un tren y estar presente en tan tremendo acontecimiento.

Nueva actividad

17 de enero de 2009:

Llevo aquí un año y medio, y hasta ahora no había encontrado nada interesante para hacer, aparte claro de las actividades lúdico-festivas, de las que nunca me cansaré. Como al parecer para trabajar no está bien visto saber de antemano cuando te vas a ir de la empresa, una amiga me recomendó que intentase meterme en algún sitio haciendo de voluntario. No me pagan, pero si el sitio es bueno, te da mucho currículum. Al parecer esto es una práctica muy extendida (viva el capitalismo) en los US, y la gente lo hace con bastante frecuencia. En España tenemos las becas con 4 euros, y aquí trabajas by the face. El caso es que, puestos a buscar CV, me dije que qué mejor sitio que preguntar en la Universidad de Columbia. Así que después de un par de horas buscando por la web de la uni en que departamentos me podía meter, encontré uno que se adaptaba a mi perfil. El departamento de agricultura tropical. Así que pillé el primer profesor que vi, y le mandé un mail diciéndole que estaría interesado en participar en alguno de sus proyectos de investigación, como voluntario, a ver si así al menos me entretenía con algo de lo mío. Sin mucha esperanza envié el mail, la verdad, y a las pocas horas recibí respuesta diciendo que al ser ingeniero le mandaba mi CV a otro profesor, esta vez del departamento de ingeniería de Columbia. Este se puso en contacto al cabo de un rato y me concertó una entrevista para el día siguiente. A las bravas.
El tipo resultó ser un profesor indio (hay un montón de indios y de chinos en la Universidad) de lo más extraño. Me hizo la entrevista en su despacho, acompañado por un tipo que parecía ser su secretario, y empezó con las cosas típicas, que de donde venía, que qué había hecho, que si me gustaba viajar (¿?), que donde vivía (¿¿??), que si había estudiado en una buena universidad, si era la mejor de España (jajaja), lo normal. Lógicamente al haberse formado en los US tenía el concepto de la universidad americana, así que el prestigio de la universidad estaba por encima del título. Empezamos con las cosas raras.
Al cabo de 10 minutos de conversación, aparece una tipa, india también, que sin decir nada empieza a hablar con el profesor de sus vacaciones, en la india, como si no hubiera nadie en la habitación. La discusión versó acerca de la calidad de los aviones que hacen el trayecto NY-Bombay, y lo que saqué en claro es que la aerolínea AirIndia es la que tiene más espacio entre asientos. Además dan mejor de comer que las aerolíneas americanas...Al cabo de diez minutos se fue la tipa, y volvimos a hablar de lo mío. Me empezó a contar de que iban los proyectos en los que estaba metido y la verdad es que tenían muy buena pinta. Todos ellos se desarrollan en países subdesarrollados o con graves problemas de infraestructuras, y se basan en cosas tan variadas como proporcionarles medios baratos y eficientes para mejorar su capacidad productiva, o proporcionarles hornos caseros menos contaminantes y más eficientes, o en proporcionarles medios para que durante al menos 4 horas al día tengan luz en sus casas, cosas así, que a nosotros nos parecen normales, y que al parecer allí no lo son tanto.
Al cabo de otros cinco minutos apareció otro tipo por el despacho, con el que se celebró una reunión muy interesante, a la cual por supuesto asistí como invitado de honor, y que versó acerca del estudio de nuevas tecnologías para la captación de CO2. Pasamos por distintos métodos de captación, opiniones de científicos, estudios de universidades y empresas (parece ser que Siemens está estudiando algo que tiene buena pinta) y acabamos hablando del carbón indio, que al parecer es de tan mala calidad que les compensa traer carbón desde Australia en barco. Es lo que tiene ponerte a hacer números en ingeniería, de repente te das cuenta de que no sólo es más beneficioso para el medio ambiente el traerte carbón en barco desde lejísimos, sino que además te sale más barato que si te lo traes de tu propio país. Cosas de infraestructuras, y contenido calórico.
Después de unos minutos (de lo más interesantes, por cierto), despachó al tipo y me volvió a dedicar un poco de su tiempo. Dos minutos exactamente, antes de que mantuviese una conversación con un tipo en Senegal vía Skype. Yo estaba flipando por ver la actividad de este hombre. Cuando acabó, se levantó y me preguntó si quería comer. Yo le dije que bueno, así que sin cortarse un pelo me llevó a comer con él, al sonido de "tenemos que hablar", a un restaurante, indio, que había al lado de la universidad. Yo no había probado la comida india, pero sí otras de la zona, así que no me pareció mala la idea. Por el camino (unos 200 metros de distancia) se paró a saludar a dos personas, en distintos momentos, a los que abrazó con efusividad y grandes golpes en la espalda. Aceptó dar una charla acerca de la eficiencia energética e invitó a otro chico a tener una reunión en su despacho en una hora. Durante el trayecto no paró de mirar a un lado y a otro por si acaso veía a alguien conocida (igualito que mi abuela por Torrevieja), lo que me empezó a poner un poco nervioso, por si le estaba aburriendo. En el restaurante se encontró con un chico que trabaja en su laboratorio, y a quien amablemente invitó a comer con nosotros. El chaval rechazó educadamente la invitación, aunque se sentó un rato mientras le hacían la comida. Como no conocía la comida, dejé que él pidiese por mi. Pollo, arroz y verduras, con un pan relleno de patata. Trajeron varios platitos, y la verdad es que estaban buenos. No llevaban demasiadas especias. Fue curioso, porque el hombre, a pesar de encontrarse en NY y ser todo un profesor de Columbia, se comió la comida con los dedos, al más puro estilo indio, supongo. Yo me acordaba de Indiana Jones en la película del templo maldito, y su charla y comida con los gurús del pueblo al que tenían que salvar. Yo, sin embargo, tiré de tenedor y cuchillo. Por no dármelas de indio... Durante la comida hubo momentos de tensión, por que entre que no hablaba mucho y había que sacarle la conversación a patadas (al parecer es lo más normal entre los geniecillos universitarios), y que en un momento dado, y con la euforia de probar la comida india me dio por comerme su plato, pues no parecía que estuviese yendo la cosa muy bien. Al menos me invitó a la comida.
Sin embargo después de comer me llevó a su despachó y allí me comentó que le había convencido, y que le podría servir de ayuda. En un momento dado me preguntó si estaba dispuesto a viajar (a donde sea), si iría aunque fuese a un sitio como Mali durante un periodo de tiempo de un mes (claro!!!!), si al expirar el visado tenía posibilidades de quedarme en US al ofrecerme un trabajo y de qué dependería que me quedase. El tipo se estaba volviendo loco., no hacía más que preguntarme si de verdad estaría dispuesto a viajar (no se debía de creer que lo estuviera), por lo que en un momento dado me vi subido a un avión rumbo al África negra. Además me comentó que aunque no me pudiese pagar intentaría meterme en un curso de GIS de la universidad que me vendría bien. Al parecer le gustó lo de ser agrónomo, saber hablar francés, y haber trabajado con temas de Sistemas de Información Geográfica.
Así que al día siguiente, me presenté en el laboratorio para empezar a trabajar, como voluntario, eso sí, en un proyecto que trata de llevar tractores de dos ruedas a los agricultores de Timbuktu, en Mali. Por ahora tengo que hacer un estudio de costes económicos, así que me tengo que mirar todos los modelos existentes, pedir precios y especificaciones técnicas, y ver que sale. No es tan sencillo, ya que los más baratos son los chinos e indios. Y el chino, o el indio, como que todavía no los controlo (por no hablar del inglés tractoril).
Así que llevo una semana currando. Lo de los madrugones chungo. El frío que está haciendo, más chungo todavía. Pero aprecio el volver a hacer algo interesante y productivo, el que el gimnasio esté debajo de la oficina, y que el curro sea de lo más relajado. Ya contaré más cosas del laboratorio donde trabajo, por que la verdad es que es curioso.

Como críos

5 de enero de 2009:

Después de la fiestecilla de nochevieja, decidimos enfocar el día de año nuevo con actividades outdoors. A la playa no fuimos, no.

Después de desayunar, me tocó sacar al perro de paseo. La verdad es que se que los perros no me gustan, me aburren y me cansan. El hecho de tener que sacarles a la calle cada cierto tiempo todos los días me desespera, sobre todo en días tan fríos, por lo que creo que nunca tendré perro. Aún así, si tuviera que tener uno por mandato divino, me gustaría que fuese como este. Muy majete.

Después de mearse en el jardín de unos 10 vecinos (y yo con la cara de "ojalá no salga nadie con la escopeta") y de andar durante media hora nos volvimos a casita para ir a una ladera en un parque del pueblo que utilizan los críos, y no tan críos, para deslizarse en trineos y neumáticos hinchables gigantes.


A Marga no le hacía mucha gracia lo de tirarse ladera abajo, ya que es un tanto impresionable, así que me obligó a bajar con ella en un donut gigante. El viaje, fue dramático. Mientras yo intentaba mantener el donut en su sitio y no tragar nieve al mismo tiempo, oía a Marga gritar como una posesa a la que están extrayendo el apéndice sin anestesia. Ella lo niega, pero yo creo que alguna lágrima soltó. Obviamente, cuando llegó sana y salva al final de la ladera, se puso a dar saltos de alegría y como una niña pequeña empezó a decir que otra vez, otra vez. Nos tiramos un par de veces más, claro. Además, sentía como la nieve que salpicaba se iba metiendo por todas las rendijas que dejaba la ropa. Dos horas después todavía saqué nieve de dentro de los guantes y calcetines. Muerto de frío, por supuesto. La verdad es que era divertido. A lo que no se atrevió Marga fue a tirarse con una especie de plástico duro liso, que era sólo para una persona, y con el que realmente cogías velocidad. Yo sí que lo probé, y casi acaba en tragedia por atropello a un menor (¡Yo iba más rápido, y era mas grande, haberte quitado renacuajo!). Finalmente, desembocó en un lindo ostión con unas balas de paja instaladas a modo de barrera para no salirse de la pista.

Por la noche aún me dolían los riñones. Para remediar el frío y el dolor, nos volvimos a casa, no sin antes parar en el emblemático bar de la zona, el Dinghy bar.

Es un sitio impresionante. Lleno de locales en busca de cerveza barata, dos dólares la pinta, con la que ahogar las penas (entre el frío y la ciudad, deben de ser muchas). La estampa era brutal. La mejor manera que he encontrado de describirla es esta (no me atrevía a sacarles una foto directamente, igual me hubiesen dado una paliza).

Cada día estoy más convencido de que los Simpsons son un reflejo bastante fiel de la sociedad americana. Y en este caso, se puede ilustrar el Dinghy bar con una imagen del bar de Moe. Estuvimos con el cachondeo durante todo el viaje y pinchando a Helena a ligarse a uno de los habitantes del bar. La verdad es que luego eran muy majetes y cordiales, pero la imagen de verlos a todos sentados en la barra, en fila, cada uno en su taburete, con el barman sentado a su lado e igualmente bebiendo cerveza era muy dura. Nosotros nos dedicamos a jugar al billar en la trastienda del local, como se puede apreciar, todo un lujo asiático. Por la mierda que tenía el tapete dedujimos que aquí se jugaba más a los dardos (nos lo confirmó un local que confesó que en diez años que llevaba yendo al bar no había visto nunca a nadie jugar al billar). El tostador en la mesa es brutal. No me asomé a los baños, por si acaso, pero diré que no recuerdo ver uno para hombres. Los tíos, a mear a la calle.

Después de la cena, sesión de cine de la buena, con dos películas: The love guru, con Mike Myers de protagonista omnipresente, y más mala que el demonio (la escena del apoteosis final muestra a dos elefantes follando en medio de la pista de hielo durante el último partido de la Stanley Cup de Hockey), y Hell Boy II, una de superhéroes inadaptados y con muchos topicazos. Igualmente mala. Gracias a Dios que habíamos comprado un par de cajas de cerveza...

Nieve (again), cervezas y uvas

4 de enero de 2009:

Nada más levantarnos nos encontramos con una nevada de campeonato. No dejó de nevar durante toda la noche, y el resultado fue espectacular.

Unos 25-30 cm de espesor, y en polvo perfecto. Era tan suave que no había manera de hacer bolas con ella, ya que nada más tocarla se deshacía. Así que las batallas las hicimos a las bravas, con bloques como panes.

Desde luego, la peor parada fue la Marqui, que en alguna ocasión acabó pidiendo clemencia. Nada más levantarnos nos tuvimos que dedicar a la ingrata tarea de retirar la nieve de la acera y del aparcamiento, por aquello de poder sacar los coches. Al parecer, en los días malos Dave tiene que retirarla al menos 2 o 3 veces al día. Y es un coñazo. Es lo que tiene vivir en Upper State New York...Después de una buena media hora palazo viene, palazo va, conseguimos despejar la entrada y dejar los coches más o menos dispuestos para salir.



Después de pegarnos un desayuno de tres pares, tónica general del fin de semana, nos decidimos a ir a visitar la atracción principal de la ciudad. Se trata de la fábrica de cerveza de Utica Club. Para llegar a ella, nos dimos un pequeño paseo en coche.

La fábrica de cerveza es como el motor económico de la ciudad, ya que da empleo a bastante gente.

La entrada alberga una mega tienda con todo tipo de productos, sobre todo cervezas de distintas variedades, aunque también se podían comprar camisetas, gorras, grifos, DVD´s y fundamentalmente jarras de cerveza caracterizadas. Los personajes Schultz y Dooley, jarras de cerveza parlantes que protagonizaron las campañas de publicidad de la compañía en los años 60 eran obviamente las estrellas. Al parecer gozaron de gran popularidad, supongo que por su estilo innovador y cómico. El caso es que el tour empezó con la presentación del guía, un crío de unos 14 años con acne y de tamaño escaso (metro sesenta, a lo sumo). Nos empezó contando las bondades de la empresa, de la cerveza, y de los muebles de la sala en la que comenzó el tour (¿?). No era muy interesante, la verdad. Lo mejor, para mi, la presencia de un tipo de unos 150 kilos de peso, rubio con el pelo corto, mejillas sonrosadas, y que se sabía la historia de la cerveza de pe a pa. ¡¡Cómo replicaba al miniguía, qué preguntas le hacía, qué crack!! Yo me lo imaginaba en su casa sentado en un sillón orejero, con los nachos con queso (o chile, quizás), el partido de fútbol en la tele, y la gorra con las latas de cerveza incorporadas y sus respectivas pajitas. Homer Simpson, vamos. Había probado todas las variedades, y le decía al guía que no veía la variedad que hicieron en el año setenta y algo (yo ya no prestaba atención, de la risa que me dio) en la vitrina de exposición. Y estaba, estaba, solo que algo escondida. Pero el tío se la sabía.

Luego mejoró con la visita a la fábrica, pero la verdad es que lo mejor fue el final, con unas degustaciones de lo más ricas. Nos invitaron a un par de pintas a cada uno (Marga se tomó una de ginger beer, sin alcohol), así que a mi me dieron 3, como los petits suiss. Además me las apañé para que el guía me diese a probar todas las variedades que tenían (unas 7), así que salimos bien contentos.

Después de beber nos fuimos a comer, que falta nos hacía. Qué manera de comer. No exagero al decir que después de 4 días fuera, he engordado unas 7 libras, unos 3 kilos. Laeticia es una cocinera excelente!!!! Y después de comer, a por las uvas. Nos llevamos uvas, cava y turrón, para celebrar el año nuevo, y la verdad es que la experiencia fue graciosa. Desde el principio los americanos acogieron la idea con entusiasmo, y los tíos se las comieron sin apenas problemas. Apenas... El vídeo es un poco desastre (mola mi espalda eh?????), pero al final es entrañable. Por cierto, no es que Marga pese 80 kilos, es que hacía tanto frío que llevaba entre 5 y 6 capas de ropa, camisetas y jerseys incluidos. Y además el pantalón del pijama bajo los vaqueros. Y además 2 pares de calcetines. Muy duro el invierno en este lugar.

Después de cenar (casi empalmamos con las uvas), y fumarnos un buen puro, nos dedicamos a ver una película tremenda. Se trata de Stepbrothers, una chorrada de dos tipos de 40 años que se convierten de repente en hermanastros, y que se comportan como críos. La película era bastante mala, pero bueno, como llevábamos varias copillas encima, nos reímos un poco. Al acabar paramos para ver el fin de año desde Times Square (que frío hacía!!!), y luego nos metimos un par de pastillas de turrón. Gran invento el turrón, me decía esta gente.

Nochevieja pasada por...NIEVE!

3 de enero de 2009:

Ha sido un año de lo más curioso. Y qué mejor manera de acabarlo que pasando unos días en el norte del estado de Nueva York, en la ciudad de Uttica, a unas 4 horitas de Manhattan, y a poco menos de 2 de Canadá. Allí nos alojamos en casa de Dave y Laeticia, dos amigos de Phil&Beck con los que hemos coincidido en un par de ocasiones, con cervezas de por medio. Así que buena gente. Salimos el día 30, en coche. Ibamos como los gitanos, con bolsas por todas partes y el maletero a rebosar. Paramos a cenar en un sitio tremendo, un área de servicio de lo más convencional, pero a la americana. Edificio a lo cabaña, con un par de establecimientos de comida basura como reclamo.

Hemos comido en sitios de estos basura y cutres, pero en que estuvimos se lleva la palma. Se trata de un restaurante (sic) con el nombre de una estrella de westerns antiguos, algo así como Roy Rogers, y básicamente ofrece hamburguesas y pollo frito (pero muy frito) y ensaladas con más calorías que un cocido. Allí además pudimos ver a gente de lo más increíble, como una familia de las llamadas redneck, compuesta por: cabeza de familia de unos 40, con tripa, calvo de coronilla y cola de caballo como coleta, camisa de leñador y zapas de deporte; madre de iguales dimensiones que el padre, pero con más pelo (en general), y niños adolescentes en zapas de esas con ruedas en la suela, como las que llevan los críos de 7 años. Un show verles comer pollo frito. Nosotros nos conformamos con unas hamburguesas (a lo seguro, sin arriesgar), y un par de ensaladas.

Llegamos a Uttica a eso de las 10 de la noche, y nada más entrar en el pueblo vimos lo que iba a ser la tónica general del finde: nieve, nieve y más nieve. Las calles estaban desiertas, no había ni un alma, ni un perro, ni un ruido, por que no había ni coches. Muchas de las casas estaban apagadas. Al parecer se trata de una ciudad en la que la gente vive gracias a un par de fábricas (como la de cerveza, de la que ya hablaré más adelante), que además últimamente están de capa caída, con esto de la crisis. Así que parece que hay desempleo. Y del gordo. El caso es que las casas que se ven en la avenida principal eran de lo más bonitas, con sus jardines y sus arbolitos (en algún caso, árbol en toda regla). Y la arquitectura asemejaba en algunos casos a la de los castillos alemanes/holandeses, con sus torres redondas acabadas en punta. También las había con la típica forma victoriana e igual de grandes. La casa de Dave y Laeticia era un chalet amarillo, de dos plantas, jardín trasero y driveway al lado. Típica de película americana en la que el chico entra por la ventana en la habitación de la chica. La calle era totalmente residencial, y el comercio más cercano estaba a unos 10 minutos andando.
Nada más llegar conocimos a Helena, una chica colombiana/americana amiga de los anfitriones y que también había venido desde NY para pasar unos días. Y como al perro, un no se qué de lo más divertido e hiperactivo. Y muy cariñoso y amigable. Tras las presentaciones y descarga de maletas, nos pusimos a beber cerveza (Uttica club, muy buena, muy suave, muy fácil de beber) y tequilas, siguiendo la recomendación de Dave quien decía que después de viajar lo mejor es meterse en el cuerpo un buen licor. Cayeron varios. Y algún Jameson también cayó. Así que al final nos fuimos a la cama calentitos. Por cierto, dormimos en un colchón de aire, (con colcha de leopardo, uhhhhhh) y la verdad es que es bastante cómodo. La primera noche no la pasé bien al no tener almohada, pero las siguientes arreglé la situación con ropa metida en una bolsa y dormí de maravilla.