26 de junio de 2008:
Anoche nos fuimos a ver un partido de béisbol. Es de los pocos espectáculos deportivos que nos quedaban por conocer desde que llegamos hace ya casi un año. Y no por falta de ganas, sino más bien por falta de entradas. En NY hay dos equipos, los Mets, que juegan en Queens, y los Yankees, que juegan en el Bronx. A nivel de fama y gloria, los Yankees son los elegidos. Por otro lado, los Mets son los que tienen la afición más ruidosa (no se a que me suena todo esto). El caso es que Phil nos consiguió entradas para los Mets, y no íbamos a andarnos con tonterías de este equipo sí, y este no. Así que, en una gran tarde de miércoles, agarramos el tren junto a varios amigos, y nos fuimos al estadio, the Shea Stadium.
La primera idea que me vino a la cabeza al entrar en el estadio fue que este es el deporte que levanta pasiones de verdad en este país. Había vivido ambientes beisboleros en la calle y bares, pero nada que ver con lo que se veía en el estadio. La gente estaba totalmente entregada al juego, gritando a los jugadores sin cesar y animando y cantando cada vez que les ponían algo de música por los altavoces. Eso sí, no voy a negar que el tipo de gente que se podía ver era de los que aquí llaman "rednecks", que son como los paletillos de aquí. Gente bastante gorda (después lo entenderéis), con gorras y camisetas del equipo, pelo rapado, y humor grueso. Sin querer ofender, pero en plan obrerete ibérico. El ambiente que se vivía era más o menos así:
La primera idea que me vino a la cabeza al entrar en el estadio fue que este es el deporte que levanta pasiones de verdad en este país. Había vivido ambientes beisboleros en la calle y bares, pero nada que ver con lo que se veía en el estadio. La gente estaba totalmente entregada al juego, gritando a los jugadores sin cesar y animando y cantando cada vez que les ponían algo de música por los altavoces. Eso sí, no voy a negar que el tipo de gente que se podía ver era de los que aquí llaman "rednecks", que son como los paletillos de aquí. Gente bastante gorda (después lo entenderéis), con gorras y camisetas del equipo, pelo rapado, y humor grueso. Sin querer ofender, pero en plan obrerete ibérico. El ambiente que se vivía era más o menos así:
Como se puede ver, durante todo el partido hay vendedores de comida que van acercando las viandas a los fans hambrientos, anunciándolas a gritos. Van cambiando de producto cada cierto tiempo, desde la cerveza hasta los perritos calientes (yo me tomé dos que me sentaron fatal), pasando por helados, pretzels, pizzas, palomitas, etc. Cuando alguien que se encuentra en medio de la fila quiere comprar algo, se pone en marcha la cadena humana de paseo de comida de ida, y de dinero de vuelta. Y es lo más normal, no hay por parte de los eslabones ni un gesto de desaprobación ni de impaciencia, más bien al contrario. Será por que ellos también se pasan comiendo, y bebiendo, sobre todo bebiendo, las dos horas y pico que dura el partido. Por que a mi me sigue asombrando la capacidad de consumo de cerveza de este país, así como su grado de tontería. Si quieres llevar una botella de vino de 200$ por la calle, la tienes que llevar en una bolsa para que no se vea que llevas alcohol. Eso sí, si vas a un partido de béisbol y tienes que coger un tren para llegar al estadio, te montan un chiringuito en las mismas vías del tren para que ya puedas ir al partido bebiendo cerveza en el tren. Y vaya que si vas!!!! Luego, dentro del estadio, las tienes de todos los colores y sabores. Más baratas que en el basquet o en el fútbol, por cierto. Volviendo al tema de la comida, yo creo que la gente va al campo como el que va a una reunión social. La gente se levanta de sus asientos continuamente, hablan a gritos con sus vecinos, juegan con sus niños, y se gastan bromas tontas. Delante nuestro había un grupo de unos 15 señores, con edades de entre los 40 y los 50 años, que se tiraron todo el partido bebiendo cerveza y tirándose palomitas de maíz los unos a los otros. Y se lo pasaron de miedo, por que cada vez que llegaba un nuevo miembro al grupo le ponían hasta arriba de maíz. Si estuvieran en un bar, estarían más atentos al juego.
Hablemos del juego en si. La verdad es que una vez metido en harina, no está tan mal como pueda parecer desde fuera. Se juega a 9 innings, cada uno de ellos dura hasta que 3 bateadores de cada equipo son eliminados, así que va más rápido de lo que parece. Sobre todo al principio, cuando los jugadores aún no se han calentado. Lo mejor de todo, el equivalente al subidón de un gol, es cuando un bateador consigue un home run. Entonces la gente se levanta de sus asientos entusiasmada y tirando toda la comida que pudieran tener sobre sus piernas. Cuando el HR es de los Mets, la manzana que veis en la foto sale de la chistera mientras se ilumina, y la gente lo jalea como el que asiste al gran espectáculo de su vida. Inciso. Al lado del estadio están construyendo uno nuevo (la verdad es que este estadio es bastante incómodo), y la única condición que pusieron los aficionados es que la manzana se trasladara también... Para ser los Mets un equipo sumido en una gran crisis este año, anotaron 4 HR, todos en las primeras 3 entradas, con lo que la gente se entusiasmó rápido. Al lado de la manzana, está el gran marcador electrónico que todo lo mide. Estadísticas de jugadores (fundamentales para los americanos, que disfrutan más de esto que de ninguna otra cosa), resultados de otros partidos, biografía de los jugadores que batean o lanzan, enfin, cualquier cosa que se les ocurra. Un jaleo de tres pares de narices.
Me hizo mucha gracia esta sección de gradas del estadio. Se trata de asientos a 5 dólares cada uno, y que curiosamente no se venden siempre. La razón no es sólo que no se vea bien el partido, sino sobre todo que es el sitio más peligroso del estadio. Una amiga nos contó que vio un partido desde allí una vez, y que lo pasó muy bien pero que durante el peloteo previo se tuvieron que esconder detrás de las gradas por que todas las pelotas iban hacia allá. Y como te de una pelota de esas te puedes morir. Las velocidades que alcanzan eran de hasta 100 mph, y no es que sean de goma espuma precisamente...Pude ver cuando alguna pelota sale despedida hacia la grada como la gente se pelea por cogerlas, niños entre niños, niños con adultos, adultos con viejecitas, etc. Sin ningún pudor.
Personalmente me gustó la experiencia, aunque creo que no volveré a repetir. Marga también se lo pasó bien, sobre todo por que el ambientillo estaba de lo más animado. Durante los cambios de inning, ponían música, karaoke (muy celebrado el de I am a believer), canciones populares, concursos de baile entre aficionados o lanzamiento de camisetas al público. A mi me recordó a los episodios de los Simpsons en los que aparece este deporte. Es exactamente igual, desde los aficionados catetos en familia, hasta la ingesta masiva de comida y cerveza, las celebraciones y los espectáculos de los intermedios. Cada cosa que sucedía me recordaba a una aventurilla del bueno de Homer. Que grandes son.
1 comentario:
Que guay tio, un partido en directo. Beno ya sabes que yo preferiria los yankies, pero bueno, como eres del paleti pues los mets te pegan.
Venga que necesitamos tu apoyo el domingo
un abrazo
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