Gran Canyon National Park (2)

15 de marzo de 2009:

Sigo con el Gran Canyon. A la mañana siguiente, nos levantamos a la esperpéntica hora de las 5 de la mañana, una vez más, para ver el amanecer en uno de los miradores del Cañón. Aún con las legañas pegadas nos dirigimos al Mather Point, el mirador más concurrido por sus vistas y su proximidad al centro de visitantes. Y sino, al loro como estaba el sitio tomado por los japoneses (un montón), y los fotógrafos profesionales (apostados con el trípode apoyados en la valla de seguridad, seguro que desde hacía un buen rato).

Nosotros llegamos de milagro un poco antes de que apareciese el sol. Y gracias, por que del frío que hacía apenas podíamos sacar las manos del abrigo para hacer fotos. Como muestra, un botón. Estos seguro que eran nórdicos...

Las fotos, pueden parecer iguales, pero no lo son.






Por cierto que nos encontramos una familia de Málaga que fliparon tanto como nosotros de vernos allí. Mira que estamos lejos de casa, decía el menda...Que por cierto, luego resulta que nos cruzamos con otros españoles, a los que no hablamos en absoluto, con una pinta de pijazos de Pozuelo, mientras recorríamos alguno de los hoteles del Village. Y es que son tan chulos que merece la pena verlos aunque sólo sea un rato. El más mítico era el hotel de El Tovar, que fue el primero en abrir sus puertas en el año 1905. Es una casa grande, de pocas plantas, rodeada de árboles, y cuyas atracciones principales son el lobby, con chimeneas, sofás súper acogedores y trofeos de caza de lo más impresionantes, y la terraza del bar con vistas al Cañón. Esta estaba cerrada, por cuestiones de temperatura. Este es el hotel más lujoso del complejo turístico y para alojarse en el, recomiendan reservar con muuuuucha antelación.



El otro hotel famoso es el Bright Angel Lodge, que está catalogado como National Historic Landmark, y que es donde comienza el sendero que baja al río Colorado. Aquí es donde nos encontramos con los Pozuelitos, que subían a un autobús que les llevaba en plan ovejitas por todas partes.
Por cierto, que detrás de estos hoteles las vistas del Rim eran de lo más espectaculares, destacando un lugar en el que se ha colocado una especie de cabañita (para vender recuerdos, claro) con una terraza en la que daba la sensación de estar colgado sobre el Cañón. Lo mejor, los distintos colores de la roca.





Un rato después, nos volvimos al hotel a desayunar, otra vez a base de huevos, salchichas y demás grasaza, para terminar de recorrer el Desert View Road que el atardecer del día anterior nos impidió ver.

Al final de la carretera, se encontraba, como su propio nombre indica, el Desert View Point, cuya característica principal es una torre de observación emplazada en un lugar privilegiado. La torre estaba construida en piedra, y en sus pisos superiores, aparte de la típica tienda de recuerdos, había desde pinturas de origen indio a una terraza observatorio de lo más chula. Como además eran las 9 de la mañana, y hacía un día espléndido, salieron buenas fotos.


Se veía perfectamente el río Colorado, una formación que asemejaba a un volcán, y por supuesto el Cañón. Me encantó la imagen del desierto, en forma de explanada inmensa, con las montañas a lo lejos. La verdad es que era un sitio perfecto para mirar al Parque.









El resto del día lo dedicamos, previo paso por el supermercado de rigor para aprovisionarnos del correspondiente sandwich de atún, a recorrer la Route 66, de la que ya he hablado, y a desvariar por la pecaminosa Las Vegas, de la que también he hablado. Por cierto, que de camino a Las Vegas cruzamos por la Hoover Dam, la presa más emblemática del país, construida durante los años posteriores a la Gran Depresión. Es un sitio histórico y montan visitas guiadas para turistas, tanto por el interior, como por el exterior, siendo lo más extremo el paseo en avioneta/helicóptero. Nosotros nos conformamos con verla desde el coche mientras la cruzábamos. Por cierto, que como curiosidad decir que la presa separa los estados de Nevada y Arizona, y es la que más o menos, según desde donde la cruces, tiempo del mundo se debe de tardar en cruzar, ya que también es un lugar en el que cambia el huso horario. Así, al entrar desde Nevada son las 2, y al salir de la presa son las 3. Y viceversa. Creo que nunca había estado en un lugar físico concreto en el que cambiase el tiempo.



Por cierto, que están construyendo una autopista para desviar el tráfico fuera de la presa, ya que está considerada un lugar estratégico para el país, al proporcionar agua potable y electricidad a gran parte del oeste del país. Por esa razón, al entrar en la presa someten al coche a una inspección para vigilar que no lleves bombas o cualquier otro elemento peligroso (para la presa, claro). El caso es que están construyendo un puente justo aguas abajo de la presa, que es de lo más espectacular, pues la altura a la que cruza el río es de unos 400 metros. Esta es la construcción de los arcos que sujetarán el tablero.

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