El arte es lo que tiene...

30 septiembre de 2007:

Buenas noches a todos.
Después de una nueva victoria del glorioso, y a pesar de la puta coña que los madridistas seguís demostrando, me veo con fuerzas de relataros lo que supongo fue mi primera experiencia cool con artistas neoyorkinos.
Como ya os mande un mail la semana pasada, prometo ser breve.

Una de las cofellows de Marga en NY nos invitó a una inauguración de una exposición en una galería de arte, en la que al parecer exponía uno de sus amigos americanos. Quedamos con Marian, de Sevilla, en el Madison Square Garden, pensando que iríamos a una de las galerías de la zona de Soho, relativamente cerca, y famosa por su arte y pijerío snob. Una vez llegamos, nos la encontramos con más gente, entre ellos, los artistas, un americano y una española, con su bebe de 6 meses en carrito, y unos cuantos colegas más. Hechas las presentaciones, resulta que nos vuelven a meter en el metro, y nos llevan a New Jersey, que es como si de Madrid te vas a Guadalajara, pero en Metro.

Al llegar a Jersey, otro estado, otro mundo, anduvimos unos diez minutos por unas calles súper tranquilas, no podíamos creer que al otro lado del río estuviese NY, con su vida y su gente bulliciosa. Al cabo del rato, vimos a lo lejos lo que parecía la galería, iluminada en una calle a oscuras, tipo portuaria, con almacenes y casas semi-abandonadas a los lados, con bastante gente en la puerta y una música un tanto new age. Según llegamos empezamos a flipar.

La "galería" no era ni más ni menos que un local comercial de un edificio recién construido, sin absolutamente nada preparado. Resulta que estos artistas llegan a acuerdos con los dueños de los edificios, para realizar exposiciones en los bajos, y así poder promocionar los edificios. Este era un edificio de lujo, con duplex bastante grandes y muy baratos. Al caso. Os podéis imaginar el arte. Súper raro. Yo no tengo ni zorra, pero aquello era como si alguien decide hacer lo que le apetece y lo pone a la venta (además, los vendían). Había cuadros pintados con materiales raros, collages, esculturas, figuras, proyecciones, hasta dos cajas de cartón decoradas como si fueran casas para vagabundos, con tele, cama, almohada, y esas cosas, pero en el tamaño de una caja de cartón, y con cartel en el exterior del tipo "es mejor pedir que de robar". Tranquilos que hice fotos. Luego vimos una piba que hizo una performance súper rara. Aparece una mujer de unos 30, bajita, feucha, pero con un buen culo. Se pone delante de la pantalla donde se estaban proyectando imágenes de fractales, y al ritmo de una música compuesta por saxo, batería, hammond, y pandereta, empieza a recitar un texto en un idioma inteligible mientras se contorsiona y se va quitando ropa. El show dura unos diez minutos, pero al cabo de dos nos olvidamos de él y seguimos viendo el resto de la exposición. Por cierto, que los aperitivos estaban de puta madre, y hasta nos dieron un vinito que bueno...Apreciamos la intención. Al cabo de una hora de lo más intensa, nos fuimos a cenar algo serio, y nos metimos en un bar de tantos que hay aquí, con hamburguesas tamaño "no puedo con mi vida", y banda de rock en vivo. Para terminar la noche, nos fuimos a un bar a tomar una copilla, donde se habían reunido el resto de los artistas, y donde se montó un pequeño pollo por que cobraron el hielo de los whiskies "on the rocks".

Hoy, después de meternos un brunch de tres pares de cojones, hemos estado en Liberty island, viendo a la estatua susodicha, y la verdad es que mola, impresiona. Pero lo mejor es Ellis island, que es donde llegaban los inmigrantes antiguamente, y donde les "cribaban". Lo han transformado en un museo de la inmigración, con datos, estadísticas, fotos, objetos, etc., y la verdad es que es impresionante. Tenéis que verlo.

Nada más, por ahora.

Un abrazo

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