La post-boda

19 de noviembre de 2007:

Buenos días a todos. Sirva esta "entrada" para avisar del recién inaugurado blog de joserra, el norueego negrata, y que espero facilite la comunicación entre todos nosotros. Como podéis ver, me ha costado montarlo, y todavía tengo que aprender varias cositas más, así que paciencia, que todo llega.

Me he dado cuenta que hacía un montón de tiempo que no escribía nada, supongo que por la visita que hice la semana pasada.

Estoy por contaros mi impresión de la boda de Poncho, un espectaculo de derroche y fantasía, en la que una vez más los valientes dieron la cara, y los que no, se fueron a casa a dormir en plena batalla. Mención especial honorífica a Ernesto y a Xelu, como no, que aguantaron hasta las mil, a pesar de las tentaciones en forma de cama y salmonida. Igualmente, agradecer a las simpar Carmen y Marga, por su paciencia a la hora de recogernos en estado un tanto lamentable, aunque divertido, y por darnos la vida con el desayuno. Como anécdota final, sólo comunicaros que a punto estuve de perder la vida al llegar a casa, ya que mi mujer, queriendo acostarse desde hacía horas, y previendo la que se le venía encima a la mañana siguiente, me amenazó de forma velada y en voz baja, pensando que estaba dormido. Puedo asegurar que me acojonó. Aunque las risas que nos estamos echando desde entonces no tienen desperdicio.

No puedo resistirme a poner las fotos que más gracia me han hecho...Notese la evolución de la noche. He de añadir, que la cara de Xelu fue el reflejo del alma de todo el equipo, y el detalle de la calavera sujeta y de la corbata del revés... Un poema que ni Doryan Gray. Y que decir del novio en plan miyagi-san...




Dicho esto, os comento que el viaje de vuelta a los States fue como un auténtico infierno. Todos conoceis mi dolencia lumbar como consecuencia de un empalmamiento súbito por dejar la mala vida. Pues bien, el viaje, la verdad, no mejoró mi situación. Nada más llegar al mostrador de facturación, me encuentro un señor de Iberia muy amable que me comenta que el vuelo tiene overbooking (no se de qué me extraño), y me ofrece la cuantiosa suma de 500 € más noche de hotel, más vuelo al día siguiente por ceder mi asiento. Sin dudarlo un instante, le dije que aceptaba, que 500 € por llegar un día tarde a casa y por no tener nada que hacer me venían de coña (entre otras cosas me pagaban el próximo billete a casita). Avisé a Marga, que volaba con otra compañía, y me puse a esperar. Lo único que tenía que hacer era pasar absolutamente todos los controles de seguridad, y hacer como que embarcaba, pero sin embarcar (explicación muy española, por otro lado), de esas de "tú ves haciendo que ye te diremos algo". Al llegar a la puerta de embarque, con toda la ilusión por descansar un día más en casa y recuperarme del dolor de espalda, me llegó la primera ostia. Tenía la "suerte" de que podía volar, ya que el overbooking no era tal. Bien. Entré el último al avión, lo que suponía que no había sitio para el equipaje de mano en los compartimentos, por lo que tuve que viajar todo el rato con la mochila en los pies. No se si os habreis dado cuenta, pero a mi estas cosas me cuestan, supongo que por la altura...Mi compañero de viaje resultó ser un americano con algo de pánico a volar, que nada más subirse al avión había pedido, según me enteré después, una botellita de vino, por aquello de templar los nervios. Durante la comida, se ventiló otras tres. Atentos al pestazo a vino que me acompañó todo el viaje (6 horitas de nada). Mientras tanto, yo pensando en que mi maleta no llegaba, ya que le habían puesto una etiqueta especial como diciendo, "sí viaja, pero no". Un puto infierno. Cuando por fin llegué a Filadelfia, la espalda me dolía tanto como el resto del cuerpo. Y me quedaba pasar la aduana. Dios, que agobio. Al ir yo solo, tenía que enseñar todos los papeles de Marga, y claro, al no ir ella, no hacían más que preguntarme que dónde estaba, que a qué venía, otra vez, y que a qué me dedicaba. Para más inri (se dice así, no?), el poli no hacía más que pasar mi pasaporte por el ordenador y no le salían mis datos. Cuando ya me esperaba un exámen tipo total (y por supuesto la pérdida del vuelo de enlace a NY), y sacaba la vaselina, me di cuenta de que el muy capullo estaba metiendo mi segundo apellido (aquí no existen los segundos apellidos), y por eso no salían mis datos. Una vez aclarado el lío, me toca pasar a la aduana, para que me vuelvan a comprobar los datos y a abrir la maleta. Aquí empecé a sudar de lo lindo, por que me di cuenta que con el follón de Barajas, yo me había llevado la maleta de Marga, y ella las mías. Marga llevaba LAS LLAVES DE MI MALETA. No podía abrir mi maleta. Y además, creo que llevaba unas tabletas de turrón que mi madre se había empeñado en meter. Daros cuenta de un tio sudando y pensando en que como le hagan abrir la maleta, no la va a poder abrir, se ve deportado a España, sin remisión, y con el rabo entre las piernas. Por suerte, el poli 2 era algo más hábil que el poli 1 y no me hizo abrir la maleta, aunque me dió un pequeño susto. Al acabar, me acompañó a la puerta, cosa que no hacían con el resto de la gente. Yo pensaba que me metían en la "sala oscura", de donde tu honor no sale precisamente indemne. Así que mientras me acordaba de todas las noches que sobreviví por Chueca, para nada, me encaminé hacia la salida comprobando con gran alivio, que sólo me estaba acompañando a la salida. Volví a meter la maleta en un scanner para que me la envíasen a NY, y más tranquilo me dirigí a la terminal. Después de pasar un control más de seguridad, el del aeropuerto, conseguí coger el vuelo. Tenía 2 horas para hacer el enlace. Llegué 10 minutos antes de embarcar. Haceros una idea del puto aeropuerto y los putos trámites que hay que hacer. Agotado, me dejé caer en el asiento de un jet de 30 plazas, en el que tenía que ir reptando por el suelo (no exagero si digo que el techo estaría a 1,70 del suelo). El avión era como los de helices, o sea que se movió muchísimo. Menos mal que los vuelos a Melilla me tienen acostumbrado a estos aviones, y conseguí dormir todo el trayecto. Al llegar a NY, por fin, me dispuse a recoger mi maleta y salir pitando a casa, pero el viaje no había terminado. A que no sabeis a quién le perdieron la maleta?????? Pues sí. Faltaba mi maleta, grande, rosa chillón, con asas naranjas (la pillamos así para que no se confundiera). A poner la denuncia pertinente. Me atendió una señorita negra de unos 150 Kg, muy amable, y que me dijo que era muy raro, que no solía pasar, y que me esperase un rato por allí a ver si aparecía en alguna cinta (para que luego digan del made in Spain). Al no aparecer, ya se creyó que me habían perdido la maleta (con toda la ropa, trajes, abrigos, el turrón), y me convenció para que me fuera a casa, que ya me la mandarían en cuanto la encontrasen. Me cogí un bus que tardó un huevo en llegar a Manhattan, o eso me pareció a mi, y luego un metro para casa, donde Marga me esperaba, y sólo pudo ver llegar a un cadaver arrastrándose por el suelo y jurando que nunca mais. Dormí casi 20 horas al día siguiente, hasta que apareció la maleta, ya que me "emparanoyé" (no sé si se escribe así) con que los de aduanas me iban a detener por llevar turrón.

Como veis, no faltó de nada en el viaje. Menos mal que pasó, y que ya ayer pudijmos volver a hacer vida normal. Nos fuimos a desayunar (huevos revueltos, patatas homemade, salchichas, café, zumo, tostadas, 5$), y nos fuimos andando hasta Columbia, que Marga no conocía el campus aún. Luego de vuelta bajamos por Central Park, donde vimos a unos chavales jugando una liguilla de hokey sobre hielo, y acabamos en la 5º Avenida, comiendo en un restaurante en plan burguer pero super bueno antes de meternos en una exposición de Klimt en un museo que se llama Neue Gallerie (los que sabeis alemán, pues eso...). ESPECTACULAR. Nos encantó. Cuando tenga pasta me pienso comprar un landscape de este tipo para el salón...Además nos pasamos por el Guggenheim, para enterarnos que es gratuito los viernes a partir de las 5 de la tarde, y que los viernes de primero de mes montan una fiesta genial en los pasillos del museo, con copas y música, que se peta de gente joven. IREMOS.

Aprovecho para poneros alguna foto así chula (al loro al Rubens), y recordaros que he metido más en las entradas anteriores, por si las quereis ver.





Un abrazo a tod@s, y esta semana, toca animar a España. Ya llegamos a la Eurocopa (esta vez, si no va Raúl, sí). Por cierto, he leido en no se qué periódico que Raúl duerme en una cámara hiperbárica de esas, menudo flipado!!!!!!!!!!!!!


7 comentarios:

conde-duque dijo...
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Anónimo dijo...

¡¡¡Buenísimo, Joserra!!!
Menuda aventura la del viaje. Joder, he sufrido leyéndolo casi tanto como tú. Cuántas cosas pueden pasar en tan poco tiempo...
Bueno, pues ya tenemos un blog (ha quedado de puta madre, y las fotos me encantan) para venir a leerte y comentarte.
Un abrazo,
Ernesto

Anónimo dijo...

Jajaja. La foto del Selu es genial...

Anónimo dijo...

Mirale, el Joserra destapando su vena literaria. A ver si no lo abandonas y sigues contando tu vida a lo yankee.
Por cierto, ¿quien te ha enseñado a hacer fotos con puntos fuertes y diagonales?

Un abrazo valenciano,

Santi

Anónimo dijo...

Jode Joserra, cojonudo, tengo un minutito después de un puto vencimiento en el que me he dejado media vida y voy a ver como coño funciona esto de tu puto blog.

Un abrazo

Anónimo dijo...

Gran idea la del blog joserril (como también el nombre del blog), fue un acierto apuntarte con una pistola el día de la boda para que abrieras uno,

Qué tal la espalda? Espero que no haya quebrado tras los sucesos acaecidos.

¡¡Queremos más narraciones (y fotos)del downtown neoyorquino, Maestro!!

Un abrazo

conde-duque dijo...
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